28 oct 2016 , 03:10

Venezuela: Maduro amenaza con encarcelar a opositores por “juicio político”

   

Asamblea citó al presidente el próximo miércoles por acusaciones de "abandono del cargo".


El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró este viernes 28 de octubre de 2016 haber "derrotado" un intento de golpe de Estado al "fracasar" la huelga general convocada por la oposición, a cuyos líderes amenazó con encarcelar si le hacen un juicio político.

 

Ante miles de seguidores en las afueras del palacio presidencial de Miraflores de Caracas, Maduro precisó que presentará una demanda ante los tribunales de justicia contra la mayoría opositora en la Asamblea Nacional por abrirle un proceso que "no existe en la Constitución".
 

"Yo no me voy a quedar cruzado de brazos ante ese golpe de Estado, más temprano que tarde les llegará la justicia, que les quede claro a los golpistas", subrayó.
 

Maduro fue citado a comparecer el próximo martes a las 15H00 locales (19H00 GMT) ante el Parlamento para que escuche las acusaciones de "abandono del cargo", como parte de lo que los opositores consideran un "juicio político" de responsabilidad por el agravamiento de la crisis política y económica.
 

"Dicen que abandoné mi cargo de presidente, si yo estoy dedicado las 24 horas del día al pueblo de Venezuela, a gobernar desde este palacio que es del pueblo", aseguró.

 

La acusación, una huelga general que se cumple parcialmente este viernes y una marcha a Miraflores convocada para el 3 de noviembre son parte de una nueva ofensiva de la alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD) contra el Gobierno, tras la suspensión hace una semana del referendo revocatorio contra Maduro.
 

¡Nadie le paró al paro!

 

Calles y avenidas de Caracas y otras ciudades del país, como Maracaibo (noroeste) y San Cristóbal (oeste), lucieron este viernes con menos movimiento que lo usual, pero el transporte y algunos comercios y escuelas funcionaban, mientras que algunos bancos abrieron y universidades privadas cerraron. El vital sector petrolero, bajo control del Estado, operaba sin contratiempos.

 

"Nadie le paró (atendió) al llamado al paro de estos improvisados de la derecha. El país estuvo al 100%. El paro de la derecha golpista fracasó", aseveró Maduro, quien previamente había amenazado con que la Fuerza Armada ocuparía las empresas que cesaran sus actividades.
 

Más de 1.000 empresas fueron inspeccionadas por parte de los ministros y la Fuerza Armada, cuyo alto mando declaró esta semana "lealtad incondicional" al presidente.

 

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"La situación está muy difícil como para no trabajar. La gente no compra juguetes, todo se va en comida", dijo a la AFP Alicia de Garcés, de 74 años, dueña de una juguetería del este de Caracas.
 

Pero algunos desafiaron la amenaza. "Cerrado por ausencia del personal", rezaba un letrero en una ferretería de Caracas. El excandidato presidencial Henrique Capriles destacó la "soledad de las calles".
 

"Se observa como una jornada de sábado, no a pleno funcionamiento pero tampoco totalmente paralizado", afirmó a la AFP el vicepresidente de la patronal Fedecámaras, Carlos Larrazábal.
 

Durante el acto, Maduro firmó el decreto de aumento del 40% en el ingreso mínimo -llegando a unos 140 dólares a la tasa de cambio oficial-.
 

Pese a ser el cuarto aumento que decreta en 2016, los venezolanos se quejan de que los salarios no alcanzan para nada, ante una imparable inflación que el FMI calcula en 475% para este año, la más alta del mundo.
 

Según la firma Venebarómetro, Maduro enfrenta una impopularidad de 76,4% y un 67,8% se dice a favor de revocar su mandato, que concluye en enero de 2019.

 

El pasado, aún fresco

 

Para Maduro, la huelga y el llamado a marchar a Miraflores repiten el "libreto" del 11 de abril de 2002, cuando una masiva movilización hacia la sede presidencial acabó en enfrentamientos que causaron 19 muertos y un golpe de Estado que sacó del poder a Hugo Chávez durante tres días.
 

Diosdado Cabello, número dos del chavismo, advirtió que deberían ser llevados "presos" los directivos de Fedecámaras y el empresario Lorenzo Mendoza, presidente del grupo Polar, mayor productor de alimentos de Venezuela, a los que acuso de fraguar el "golpe".

 

Agentes de inteligencia rodearon una planta de Polar y la casa de Mendoza, acusado por el régimen de ser punta de lanza de la "guerra económica" con que los opositores buscan derrocarlo.
 

Pero Fedecámaras afirma que se trató de una "huelga ciudadana", no patronal. "Esa es una gran diferencia con respecto el pasado", dijo Larrazábal, al aludir al hecho de que al día siguiente del golpe contra Chávez el entonces líder de la patronal, Pedro Carmona, se autojuramentó presidente de Venezuela.

 

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