27 mar 2014 , 07:50

Venezuela acusa a EE.UU. de cuestionar a Unasur y de incentivar a extremistas

   

Critica "categóricamente" los intentos de EE.UU. de inmiscuirse en sus asuntos internos.

El Gobierno de Venezuela rechazó hoy "categóricamente" los intentos de EE.UU. de inmiscuirse en sus asuntos internos y acusó a la secretaria adjunta para Latinoamérica, Roberta Jacobson, de cuestionar la misión de Unasur que visitó esta semana el país y de incentivar a los extremistas.

 

"Venezuela una vez más rechaza categóricamente los intentos por parte de voceros del Gobierno de los Estados Unidos de inmiscuirse en los asuntos internos de nuestro país y de desconocer nuestro proceso democrático", indicó la Cancillería venezolana en un comunicado.

 

Estados Unidos insistió hoy en que el Gobierno de Venezuela necesita entablar un diálogo con la oposición, probablemente a través de un mediador, y no criminalizar a los disidentes del país.

 

El Ejecutivo venezolano cuestionó a Jacobson, quien hoy reiteró que el Gobierno estadounidense "no ha sacado de la mesa la posibilidad de imponer sanciones en el futuro" a Venezuela "si no hay espacio democrático para la oposición" y confió en que la misión de la Unasur impulse la reconciliación nacional.

 

Esas palabras, señala el comunicado, "constituyen un cuestionamiento a la Comisión de cancilleres de la Unasur que durante los últimos días participaron en numerosas mesas de diálogo con amplios sectores de la sociedad venezolana, de todas las tendencias políticas", señaló la Cancillería.

 

"Y que ha tenido como resultado -agregó- un rechazo contundente a la violencia que desde hace semanas se viene registrando en el país, precisamente de manos de aquellos sectores que rechazan el diálogo y que cuentan con el apoyo del Gobierno estadounidense".

 

La Cancillería venezolana señala que las declaraciones de "Jacobson constituyen un incentivo para que los pequeños sectores extremistas que desde hace semanas vienen sembrando violencia y terror en toda la población prosigan sus prácticas en un camino totalmente fuera de la Constitución y el respeto a los derechos" de los venezolanos.

 

Agrega que "todas las iniciativas de diálogo surgidas en los últimos meses son producto de la voluntad del Gobierno Nacional de conversar con todos los sectores de la sociedad para buscar soluciones a las distintas problemáticas".

 

"Hemos reiterado en varias oportunidades nuestro deseo de retomar el diálogo diplomático con Estados Unidos sobre la base del respeto mutuo, pero la constante amenaza con sanciones, la manipulación de los hechos y el irrespeto a nuestras leyes y procesos democráticos, no hacen más que dificultar el entendimiento", agrega.

 

"Como verdaderos bolivarianos estamos convencidos que el diálogo amplio con toda la sociedad y en el marco de la Constitución (...) es el camino para resolver cualquier disputa y problemática", indica.

 

"No dejaremos que la injerencia de ningún país nos desvíe del camino de la paz", agrega.

 

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, propuso el pasado 15 de marzo que EE.UU. participe en una comisión sobre Venezuela con un representante que se sume a otro de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el presidente del Parlamento, Diosdado Cabello, en representación de Caracas.

 

Estados Unidos ha evitado responder a esta propuesta.

 

Venezuela y Estados Unidos atraviesan uno de los peores momentos en sus relaciones diplomáticas desde que en 2010 se quedaron sin embajadores.

 

Las tensiones aumentaron de nuevo en las últimas semanas después de que el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, revelara que su Gobierno se planteaba la posibilidad de imponer sanciones a funcionarios venezolanos si no veía avances en el diálogo.

 

En respuesta, el ministro de Exteriores venezolano, Elías Jaua, llamó el día 14 "asesino del pueblo venezolano" a Kerry, algo que el Departamento de Estado calificó de "acusación absurda", y dijo que Venezuela falta "descaradamente a la verdad".

 

Las protestas contra el Gobierno de Maduro se iniciaron el 12 de febrero pasado y hasta hoy han dejado 35 muertos, más de 450 heridos y casi 2.000 detenidos.

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