Según expertos, Maduro está llevando a cabo las medidas propias de un "plan de ajuste".
La economía de Venezuela sigue en caída libre. Aunque Nicolás Maduro intenta abrir el paracaídas.
Cuando el pasado 28 de mayo el Banco Central de Venezuela reveló que el Producto Interno Bruto (PIB) se ha reducido casi a la mitad en los años que Maduro lleva en el poder, confirmó lo que organismos internacionales y analistas económicos llevaban años advirtiendo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha dicho que en Venezuela se vive "un colapso de la actividad económica", lo que ha llevado a más de tres millones de personas a dejar el país, de acuerdo con las cifras de Naciones Unidas.
El economista Asdrúbal Oliveros, de la consultora Ecoanalítica, asegura que "Venezuela vive una depresión sin precedentes en América Latina".
Para muchos que lo cuestionan dentro y fuera de Venezuela, el gobierno de Maduro es ya incapaz de enderezar el rumbo.
Sin embargo, en los últimos meses viene aplicando una serie de medidas que buscan contener una crisis que durante meses negó y de la que ahora culpa a las sanciones "imperialistas" de Estados Unidos.
Oliveros cree que, "aunque no lo admita, Maduro está aplicando un plan de ajuste".
Esto es lo que los expertos creen que está intentando.
Fin del control de cambio en Venezuela
En Venezuela ha regido durante años un rígido sistema de control de cambiosque nació a comienzos de la década de 1980 con la intención de evitar la fuga de capitales del país.
El modelo vigente implicaba que la única adjudicación legal de divisas extranjeras es la que se realizaba a través del Banco Central de Venezuela (BCV) en unas subastas conocidas como Dicom, que han sido muy criticadas porque, según sus detractores, alentaban la corrupción y distorsionaban la economía al aumentar artificialmente el valor del bolívar, la moneda nacional.
A comienzos de mayo una resolución del BCV autorizó a los bancos privados a abrir mesas de cambio para facilitar las transacciones de divisas entre particulares.
Para Luis Vicente León, economista y presidente de la consultora Datanálisis, la decisión obedece a que el Estado venezolano se quedó sin margen de maniobra y "ya no puede seguir asignando divisas a valor inferior al real".
En teoría, el nuevo marco implica un cambio radical respecto de la situación anterior y debería haber permitido al gobierno captar parte de las divisas que los emigrados venezolanos envían a sus familiares en el país.
Pero según Guillermo Arcay, de Ecoanalítica, "la mayor parte del mercado sigue operando en el circuito no oficial, así que ese sistema apenas está moviendo dinero", sobre todo porque las sanciones de Estados Unidos disuaden a la banca internacional de realizar operaciones en divisas con las entidades venezolanas.
Todos los expertos consultados coinciden en que esta era una medida necesaria.
Óscar Forero, investigador del Centro Internacional Miranda, que se define como "chavista", asegura que es un paso que "debió darse hace mucho tiempo".
Arcay indica que en los últimos tiempos se ha complementado con la inyección en el mercado de divisas de los euros que el Ejecutivo ha obtenido con la venta de oro venezolano.
Esta medida ha contribuido a que, como dice Forero, "últimamente se haya logrado darle una mínima estabilidad al bolívar", habitualmente sometido a una constante pérdida de valor frente al dólar en el mercado paralelo.
Pero para Luis Vicente León, a causa de la asfixia de las arcas públicas y el cerco de las sanciones de Estados Unidos, "el gobierno ya no está hoy en condiciones de generar un impacto".
Nadie se atreve a pronosticar cuánto va a durar la actual fortaleza relativa del bolívar.
Reducción del gasto público
Cuando hace casi un año Maduro lanzó con gran despliegue de los medios oficiales su Plan de Recuperación Económica, Crecimiento y Prosperidad, planteó como objetivo para Venezuela alcanzar el "déficit cero".
Los economistas coinciden en que el desorbitado déficit fiscal, la diferencia entre los gastos y los ingresos del Estado, es uno de los desequilibrios fundamentales que explican la hiperinflación y otros problemas estructurales de la economía venezolana.
Forero cree que eliminarlo, como prometió Maduro, "es extremadamente difícil en el contexto actual".
Y, sin embargo, el gobierno está aplicando una política de choque que ha conseguido reducirlo en cierta medida, pero con alto coste.
Maduro ya no sube el salario mínimo con la frecuencia que lo hacía antes, lo que, según los expertos, busca contener el imparable aumento de los precios que está ahogando el poder adquisitivo de la población.
León indica que "las empresas están aplicando directamente los ajustes sobre los salarios forzados por la inflación", pero los numerosos trabajadores públicos han visto congelado su salario mientras los precios no dejan de subir.
Arcay señala que para ellos los ajustes del salario llegan con meses de retraso y siempre muy a la zaga de los precios, que en 2018 subieron más de un 130.000%, según el BCV.
Aunque según las estimaciones de los expertos ahora lo hacen menos de lo que lo venían haciendo debido también a que a la moderación salarial se le ha sumado una contracción de la masa monetaria, la cantidad de dinero disponible en la economía.
Según Asdrúbal Oliveros, de Ecoanalítica, el Ejecutivo ha logrado reducir algo el déficit fiscal, pero "el problema es que lo sigue financiando el Banco Central" a través de la emisión de dinero.
La banca paga
Arcay explica que "aunque lo hace un poco menos que antes, la masa monetaria sigue creciendo".
Pero si el BCV sigue emitiendo dinero, ¿por qué entonces no está llegando al mercado y la inflación, pese a que sigue siendo una de las más altas del mundo, se está moderando?
La respuesta recibe el nombre técnico de encaje bancario. Se trata del porcentaje de los depósitos recibidos por las entidades financieras y que por ley deben inmovilizar en el BCV.
En Venezuela es desde septiembre pasado en un 100%.
Según León, esto "supone una política muy agresiva del gobierno, que evita el crédito y aumenta los costos de operación de las empresas".
Obligados a entregarlo todo al Banco Central, las entidades bancarias dejan de dar préstamos, lo que repercute en la inversión y en el consumo, y tira a la baja de los precios.
El mercado
Luis Vicente León afirma que "hay una apertura y una sinceración de la economía, que era lo que todo el mundo llevaba años reclamando".
Se trata de acabar con las regulaciones que la distorsionaban y permitir que sea la realidad, o sea el mercado, quien fije los precios y el tipo de cambio.
Aunque León cree que el gobierno actúa ahora solo forzado por las circunstancias.
"Ya no puede alterar artificialmente el valor de las divisas y como ya no tiene capacidad para importar materias primas, tampoco puede presionar al sector privado para que respete los precios regulados con la amenaza de que no se las asignará si no lo hace".
Eso explicaría la inactividad en los últimos meses de las agencias oficiales encargadas de asegurar el cumplimiento de las leyes sobre precios.
Los analistas interpretan en la misma línea de búsqueda de transparencia la reciente publicación en el BCV de indicadores macroeconómicos después de años sin cifras oficiales.
Forero cree que "buscan generar una sensación de institucionalidad en el mercado".
¿Funcionarán las medidas económicas de Maduro?
Todos los expertos consultados por BBC Mundo ven serias dificultades para que el nuevo rumbo económico del gobierno dé resultado.
Una de las principales son las sanciones de Estados Unidos, que, igual que la oposición venezolana, considera a Maduro un gobernante ilegítimo y quiere verlo fuera del poder.
Al disuadir a muchos bancos y empresas extranjeras de hacer negocios en Venezuela, además de limitar el acceso a divisas y las exportaciones venezolanas, ahogan aún más a una economía en estado crítico.
Maduro destaca con frecuencia que es la "la agresión imperialista" lo que impide la recuperación.
Esta semana presentó un nuevo plan de inversión en el sector minero y prometió que "con bloqueo o sin bloqueo lograremos la meta de la prosperidad económica".
Las sanciones tienen especial impacto sobre las exportaciones de petróleo, la principal fuente de ingresos de Venezuela, que además ha visto caer drásticamente su producción en los últimos años.
Además de las sanciones, los expertos detectan un problema de falta de coherencia y coordinación en la aplicación de las medidas.
Forero aprecia líneas de acción contradictorias entre los diferentes reguladores económicos oficiales y lamenta que "la política económica es muy ambigua; no hay claridad sobre cuál debe ser el rumbo de la economía".
"Mientras desde el BCV parece aplicarse una política monetarista, otros desde el gobierno siguen apostando por la política de los subsidios y las ayudas con las cajas CLAP", un programa de reparto de alimentos a la población a precio subsidiado.
León asegura que "se requiere que haya una estructura para atender la crisis y lograr una restauración de los equilibrios económicos".
Más problemas
En los últimos meses, las colas para repostar y los apagones se han vuelto rutinarias para muchos.
La escasez de combustible que aqueja a amplias zonas del país se ha agravado, a lo que hay que añadir los cortes de electricidad, que se han convertido en una constante en muchos lugares.
Para Forero, "el colapso en el suministro de combustible y la crisis eléctrica pueden hacer que el declive sea todavía mayor".
Para Arcay el gran problema es "la falta de confianza".
Muchas de las decisiones puestas en práctica por el gobierno no han sido anunciadas públicamente.
Los expertos alertan de que esto agrava la incertidumbre con la que operan los actores económicos.
Recomendadas