Trump intensificó ataques contra Kamala Harris en la recta final de la campaña electoral
A menos de tres meses para las elecciones, Donald Trump redobla sus críticas hacia Kamala Harris, cuestionando su legitimidad y políticas mientras busca asegurar apoyo crucial en estados clave.
Con las convenciones partidarias ya concluidas y las elecciones a solo 74 días, la contienda entre Kamala Harris y Donald Trump entró en su fase decisiva.
Las encuestas indican una ligera ventaja para Harris, lo que ha llevado a Trump a enfocar sus ataques directamente en ella, cuestionando la legitimidad de su candidatura y su capacidad para liderar.
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Durante un reciente mitin, Trump se refirió a Harris como “la peor vicepresidenta de la historia”, subrayando que hace solo seis semanas “era motivo de burla”, y ahora ha conseguido la nominación presidencial sin obtener un solo voto en las primarias.
Trump desafió a su audiencia a explicar cómo Harris logró tal hazaña, sugiriendo que su ascenso carece de una verdadera base democrática.
Acusaciones de plagio y omisiones
Trump también acusó a Harris de copiar sus políticas en materia de impuestos y de centrarse en él durante su discurso en la convención demócrata, en lugar de abordar temas críticos para el país.
Según Trump, Harris mencionó su nombre “19 o 21 veces” en su intervención, mientras omitió referencias a problemas como la crisis en la frontera, la inflación, la economía deteriorada y la delincuencia.
“Es una locura”, expresó Trump, sugiriendo que la estrategia de Harris se basa en atacarlo en lugar de ofrecer soluciones concretas a los problemas que afectan a los estadounidenses.
Trump continúa su gira de campaña en estados clave, conocidos como “estados bisagra”, donde tanto demócratas como republicanos alteraron triunfos en elecciones anteriores.
En Arizona, un estado vital para las aspiraciones de cualquier candidato, Trump recibió el respaldo de Robert Kennedy Jr., quien hasta hace poco competía como candidato independiente.
Kennedy, miembro de una familia históricamente demócrata y sobrino del expresidente John F. Kennedy, inició su campaña presidencial bajo el estandarte del Partido Demócrata.
Sin embargo, decidió abandonar el partido alegando que se había alejado de sus principios fundamentales. Este respaldo es visto por Trump como un impulso significativo, estimando que podría sumar un 4 o 5 por ciento de votos en su lucha por superar a Harris.
Con el primer debate presidencial programado para el 10 de septiembre, el enfrentamiento directo entre Trump y Harris promete ser un momento decisivo en una campaña que se ha vuelto cada vez más intensa.
Ambos candidatos se preparan para demostrar quién tiene la mejor visión para el futuro de Estados Unidos en una contienda que sigue siendo altamente competitiva.
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