26 mar 2024 , 20:05

Un hombre pasó tres días en coma y estuvo a punto de perder su brazo por una picadura de una araña venenosa

De acuerdo a los médicos, el paciente estuvo a unas 12 horas de la muerte.

   

Iván Savage, un exentrenador personal de 60 años, experimentó un dramático encuentro con la muerte tras sufrir múltiples picaduras de la temida falsa viuda negra, araña venenosa que lo dejó inconsciente durante tres días en el hospital debido a una grave sepsis. El incidente ocurrió en su hogar en Slough, Inglaterra, donde se encontraba un nido de unas 500 arañas venenosas, exacerbando el peligro.

Savage sintió los pinchazos de la araña en su codo derecho y mano, antes de lograr aplastar al arácnido. Su estado empeoró rápidamente, experimentando síntomas alarmantes como piel hirviendo y sensación de congelación en los huesos, lo que lo llevó a llamar a emergencias. La rápida intervención de los paramédicos fue crucial para su supervivencia, quienes lo encontraron desmayado en el suelo de su hogar.

Savage describió su angustiante experiencia, recordando cómo se sintió al borde de la inconsciencia mientras los socorristas acudían en su ayuda. Este incidente arroja luz sobre los peligros de las arañas venenosas y resalta la importancia de una respuesta médica rápida ante tales emergencias para evitar consecuencias devastadoras.

"Llamé a los paramédicos, me dijeron que abriera la puerta en caso de que me desmayara. Antes de darme cuenta, los socorristas estaban alrededor", relata Savage.

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Iván Savage, exentrenador personal de 60 años
Iván Savage, exentrenador personal de 60 años ( )

Tras ser picado por una falsa viuda negra, el individuo despertó tres días después en cuidados intensivos, enfrentando complicaciones severas como sepsis que amenazaron con requerir la amputación de su brazo. Sin embargo, una combinación de antibióticos y una exitosa operación en la piel salvó su extremidad, aunque los médicos revelaron que estuvo al borde de la muerte, con un margen de apenas 12 horas.

Aunque sobrevivió al encuentro con la araña venenosa, las secuelas persisten, ya que su mano afectada permanece entumecida y con cicatrices, limitando su capacidad de agarre. Además, el individuo no fue consciente de la presencia de un nido de 500 arañas venenosas en su hogar hasta que se le informó mientras estaba hospitalizado, lo que lo llevó a someter su residencia a intensas limpiezas químicas para eliminar la plaga.

A pesar de las medidas tomadas, el afectado vive con el temor constante de otro encuentro con estos arácnidos mortales, consciente del peligro que representan incluso después de la fumigación de su hogar. La experiencia ha dejado una marca permanente en su vida, recordándole la fragilidad de la existencia y el riesgo latente que puede ocultarse en los rincones más inesperados.

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