El primer avión en llegar fue un Hercules C-130 del Ejército de Nueva Zelanda que aterrizó a las 16 horas (3:00 GMT) en el aeropuerto de Tongatapu de Nukualofa.
Los primeros aviones con ayuda humanitaria llegaron este jueves a Tonga mientras el país va saliendo de la incomunicación con la difusión de imágenes y testimonios tras la poderosa erupción del volcán submarino y el consiguiente tsunami que azotaron la nación polinesia el pasado fin de semana.
El primer avión en llegar fue un Hercules C-130 del Ejército de Nueva Zelanda que aterrizó a las 16 horas (3:00 GMT) en el aeropuerto de Tongatapu de Nukualofa, la capital del archipiélago, tras partir de la ciudad neozelandesa de Auckland.
El vuelo en el que se transportaron contenedores de agua, generadores de energía, equipos de comunicación y otros productos de primera necesidad es el primer envío de ayuda humanitaria que ha llegado a Tonga desde el desastre natural del sábado.
Horas después llegaba al mismo aeropuerto un Boeing C-17 de la Royal Australian Air Force con material higiénico, trajes de protección individual para quienes limpian las cenizas, contenedores de agua y equipos de comunicación que ayuden a subsanar la incomunicación en la que se ha sumido el archipiélago, según el Ministerio de Exteriores de Australia.
Australia ha enviado un segundo avión con más suministros que tiene previsto llegar hoy a la capital tongueña, mientras que el Hércules C-130 podría regresar a Nueva Zelanda esta noche y estar listo para una nueva operación de ayuda humanitaria el sábado.
El comandante neozelandés, Jim Gilmour, destacó el "esfuerzo gigantesco" de las fuerzas armadas de Tonga para despejar a mano la pista, sepultada bajo las cenizas escupidas por el volcán.
El militar al cargo de la operación neozelandesa dijo que las imágenes aéreas tomadas hasta ahora son "preocupantes", pero que, de momento, la información que se tiene es insuficiente para evaluar el impacto de los daños y hacer una valoración en términos de asistencia.
Nueva Zelanda también indicó que uno de sus buques, que lleva un helicóptero a bordo, tenía previsto llegar a Tonga hoy para revisar el estado de los canales de navegación y la infraestructura del principal muelle del archipiélago, mientras que otro barco australiano, que servirá de base de operaciones, se prepara para zarpar.
Otro navío neozelandés lo hará mañana con 250.000 litros de agua fresca y otros productos de primera necesidad.
La contaminación de los acuíferos por las cenizas volcánicas y su salinización a causa del tsunami han hecho que la escasez de agua potable sea uno de los problemas más acuciantes a los que se enfrenta Tonga estos días.
La ayuda humanitaria gestionada por Nueva Zelanda en coordinación con Australia se entregó "sin contacto" en cumplimiento de los protocolos por la covid-19 impuestos en Tonga, donde se ha registrado solo una infección desde el inicio de la pandemia.
La violenta erupción el sábado del Hunga Tonga Hunga Ha'apai y el tsunami que generó, con olas de hasta 15 metros de alto, ha costado la vida a al menos tres personas, aunque se teme que el número sea mayor a tenor de la destrucción ocasionada, con algunas islas totalmente devastadas por la catástrofe.
Los 105.000 habitantes de este archipiélago formado por 169 islas han estado prácticamente incomunicados desde que ocurrió el desastre por la ruptura de un cable submarino, que está conectado con Fiyi y que brinda conexiones telefónicas y de internet al país.
COMUNICACIÓN POR SATÉLITE
La empresa Digicel, la principal de Tonga, informó anoche de que se ha restablecido la comunicación internacional por satélite, lo que aliviará la situación de aislamiento mientras se realizan las reparaciones del cable submarino en las próximas cuatro semanas.
Las primeras imágenes desde tierra publicadas anoche en Twitter por el Consulado de Tonga muestran coches cubiertos de gruesas capas de ceniza marrón, árboles derribados y escombros, y un par de niños jugando entre un paisaje de total destrucción.
El restablecimiento de las comunicaciones ha permitido conocer los primeros testimonios de la tragedia, como el del carpintero jubilado de 57 años que sobrevivió 27 horas en el mar tras ser arrastrado por el tsunami.
"Simplemente floté, mientras me golpeaban las grandes olas que llegaban", dijo el superviviente, que llegó a la isla de Tongatapu sobre las 22:00 del domingo, 27 horas después de que el mar lo arrastrara en la isla de Atata, a 7,5 kilómetros.
La fuerza del tsunami se sintió en varias zonas del Pacífico y provocó dos muertes en Perú por el fuerte oleaje, así como el derrame de petróleo durante una descarga de un barco frente a las costas de Lima. EFE
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