Se teme que la muerte de un joven palestino de 16 años desate las tensiones en la conflictiva región
La sombra de la venganza se prolongó hoy en Jerusalén y elevó la tensión entre palestinos e israelíes después de que la Policía israelí hallara el cadáver de un menor palestino en un bosque y lo relacionara con la desaparición de un adolescente horas antes en un barrio de Jerusalén Este.
Testigos explicaron a Efe que Mohamad Husein Abu Jedeir, de 16 años, fue forzado a entrar en un coche la tarde del martes cuando salía de la mezquita, en un asesinato del que se culpa a colonos ultranacionalistas judíos.
Su cuerpo calcinado fue hallado de madrugada en el "Bosque de Jerusalén", en la parte oeste de la ciudad, por la Policía, que ha abierto dos vías de investigación: la venganza ultranacionalista o un ajuste de cuentas entre familias.
Una posibilidad, esta última, que esta mañana desechaban familiares y políticos palestinos-israelíes frente a la casa de la víctima, en el barrio de Shuafat, custodiada por decenas de policías israelíes y en cuyos alrededores estallaron enfrentamientos que se extendieron hacia otros barrios.
El diputado Ahmed Tibi, escoltado por otros dos representantes de los tres partidos árabes en el Parlamento israelí, se quejó de que Israel "diferencie entre la sangre de un niño judío y la de un palestino".
"No hay un tratamiento igualitario y dicen que la sangre de un niño judío es más valiosa que la de un palestino", subrayó en declaraciones a un grupo de periodistas.
Los tres cargaron la responsabilidad sobre los hombros del primer ministro, Benjamin Netanyahu, al que acusaron de no poner freno a las provocaciones de los colonos ultranacionalistas que se repiten en los últimos meses.
"Estamos muy enfadados y tristes. El Gobierno de Israel, su primer ministro, y sus ministros son responsables de provocar y por tanto del secuestro y asesinato de este chico", afirmó Tibi.
"Desde hace trece años, un niño palestino muere cada tres días a manos del Ejército israelí. Este crimen sucedió bajo responsabilidad de la Policía, las fuerzas de seguridad y el gobierno israelíes", concluyó.
Momentos antes, Netanyahu había exhortado a la calma a israelíes y palestinos y a "no tomarse la justicia por su mano", y recordado que Israel "es un estado de derecho".
Según un comunicado, el político derechista ha pedido al ministro Seguridad Pública, Yitzhak Aharonovitch, que resuelva el caso lo antes posible y descubra "quién está detrás de este deplorable asesinato y sus motivaciones".
Unas palabras que no le parecieron suficientes al presidente de la Autoridad Nacionalidad Palestina (ANP), Mahmud Abás, quien exigió una condena explícita del jefe del Gobierno israelí "como hicimos nosotros con el secuestro y asesinato de los tres israelíes".
En su comunicado, Abás pidió, asimismo, a Israel que "adopte las medidas necesarias para frenar los ataques de colonos y el caos que producen".
Los hechos ocurrieron horas después que Israel enterrara, en una ceremonia multitudinaria de duelo nacional, los cadáveres de Gilad Shaar, Eyal Yifrah y Naftali Frankel, los tres jóvenes -dos de ellos menores- que desaparecieron el 12 de junio cuando hacían autostop en cercano al bloque de colonias de Gush Etzion.
Sus cuerpos, tiroteados, fueron hallados el lunes enterrados bajo piedras en un descampado cercano a la ciudad palestina de Hebrón, no muy lejos del lugar donde los jóvenes desaparecieron tras 19 días de intensa búsqueda.
Durante la misma -que aún continua, ahora para hallar a los supuestos culpables- las tropas israelíes han registrado más de 2.000 viviendas y detenido a cerca de medio millar de palestinos, en su mayoría miembros del movimiento islamista Hamas, al que Israel acusa del secuestro.
Tras el acto fúnebre, cientos de ultranacionalistas judíos se manifestaron en el centro de Jerusalén al grito de venganza y "muerte a los árabes", y cortaron las calles cercanas a la avenida de Jaffa, ante la mirada de la Policía.
Al menos cuatro adolescentes judíos fueron detenidos cuando trataban de atacar a trabajadores palestinos, numerosos en este pulmón comercial de Jerusalén Oeste.
Uno de ellos, enmascarado, trató de agredir a un empleado de una famosa cadena de comida rápida mientras que los otros tres acosaron y rodearon a un hombre de origen beduino.
Para Musad Abu Jedeir, primo de la víctima en Shuafat, está claro que "todo" cambiará a raíz de este crimen.
"Todo en el barrio es diferente desde hoy, nadie sabe lo que ocurrirá mañana", afirmó.
Yusuf Mekhmer, vecino del barrio, fue más allá: "esto es una reacción porque la gente está enfadada, no sólo por el secuestro sino por la situación política palestina".
"Han ayudado a Israel a ir contra su propio pueblo", explicó a Efe antes de expresar su temor a que se registren otros casos como el de hoy "debido a la situación de tensión" entre las dos comunidades.
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