24 ago 2018 , 09:01

Rescatan a turistas tras impacto de huracán en Hawái

   

Cuadrillas de emergencia rescataron a cinco turistas de una vivienda inundado.

Chillaban las sirenas mientras los hoteles se protegían con sacos de arena y policías gritaban a los turistas para que se salieran de las playas en Hawai el viernes, ante la inminente llegada del huracán Lane.

 

La tormenta viraba hacia el norte con la mira puesta hacia la famosa playa de Waikiki después de arrojar medio metro (dos pies) de lluvia sobre la Isla Grande.

 

Cuadrillas de emergencia rescataron a cinco turistas de California de una casa en Hilo que se había inundado.

 

El huracán Lane va hacia el norte con vientos máximos sostenidos de 193 kilómetros por hora (120 millas por hora). Es ahora un huracán categoría 3.

 

Se vaticina que se aproximará a las principales islas de Hawai el viernes, trayendo peligrosas mareas de hasta seis metros (20 pies).

 

Los turistas que estaban en la casa narraron que un pequeño arroyo cercano subió de nivel súbitamente y abrumó la vivienda, que habían alquilado.

 

"Fue una tremenda experiencia porque no estaba en nuestros planes estar en un huracán en medio de nuestras vacaciones”, dijo Suzanne Demerais, una de las turistas, originaria de la zona de Los Ángeles.

 

Los bomberos se comunicaron con el dueño de la vivienda y decidieron evacuar a todos los ocupantes antes de que el agua subiera aun más. Los bomberos cargaron a los turistas sobre sus espaldas.

 

El huracán Lane, que se mantenía mar adentro, apabulló a la Isla Grande con unos 50 centímetros (20 pulgadas) de lluvia) en unas 24 horas.

 

A unos 320 kilómetros (200 millas) al norte de Hilo, en Oahu, empleados del Hotel Sheraton Waikiki llenaban sacos de arenas para proteger el edificio de la marea cercana.

 

Varias tiendas en la Avenida Kalakaua de Waikiki colocaban sacos de arena en sus vitrinas, temiendo el impacto de la tormenta.

 

Por medio de altavoces, la policía llamó a los surfistas y a los nadadores a salirse del agua. La playa quedó cerrada hasta nuevo aviso.

 

El Marriott Resort Waikiki Beach en Honolulu designó el salón de fiestas en el tercer piso como refugio, y empezó a meter las sillas y mesas que estaban afuera frente a la piscina y el mar.

 

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