La semana pasada se anunció una segunda subida del precio del gas, a casi $500 por cada mil metros.
El presidente ruso, Vladímir Putin, dijo hoy que no descarta exigir a Ucrania el pago por adelantado del gas ruso para seguir suministrándolo, debido a la abultada deuda del país vecino, que supera los 2.000 millones de dólares.
"Gazprom suministrará el volumen de gas que Ucrania pague con un mes de antelación. Recibirán tanto como paguen", declaró Putin, quien, no obstante, pidió a la compañía estatal que espere antes de aplicar esa medida a que se celebren nuevas consultas con Kiev.
Putin habló en una reunión con el Gobierno celebrada en su residencia campestre de Novo Ogoriovo, y dedicada al diálogo energético con Ucrania.
En ella, el primer ministro, Dmitri Medvédev, recordó que el contrato firmado con Ucrania en 2009 sigue en vigor y "una de sus condiciones es el paso al prepago de los suministros si no se cancelan las deudas".
"Si continua esta situación crítica, considero que existen todos los fundamentos para pasar a la forma de prepago", manifestó Medvédev.
Gazprom anunció la semana pasada una segunda subida del precio del gas para Ucrania, que tendrá que pagar a partir de este abril 485,5 dólares por cada mil metros, después de haber eliminado el descuento que concedía al anterior Gobierno de Kiev.
Putin ironizó sobre el apoyo recibido por las nuevas autoridades de Kiev -a las que Moscú no reconoce- por parte de la Unión Europea.
"Es una situación, por decirlo así, bastante extraña, porque como se sabe, nuestros socios en Europa reconocen legitimidad a las actuales autoridades ucranianas, pero no hacen nada para apoyar a Ucrania, ni un dólar, ni un solo euro", afirmó.
Y agregó que "en cambio, la Federación Rusa no reconoce la legitimidad del Gobierno de Kiev, pero continua prestando asistencia económica y subsidiando la economía de Ucrania con cientos y miles de millones de dólares hasta ahora".
"Esta situación, desde luego, no puede prolongarse eternamente", subrayó, no obstante, el presidente.
Al mismo tiempo, hizo un llamamiento al Gobierno a "actuar con mucho cuidado, sin destruir lo poco que ha quedado" de las relaciones con Ucrania, tras la caída del presidente Víktor Yanukóvich, el 22 de febrero, y la anexión por Rusia de la península de Crimea, un mes después.
"Confío en que la gente que cumple funciones en Kiev no hará nada irreparable", comentó Putin, en aparente alusión a la tensión existente en las regiones del sureste ucraniano, donde manifestantes prorrusos mantienen un pulso con el Gobierno central.
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