Hoy vence el plazo dado por el presidente interino Turchínov para que los prorrusos depogan armas.
Activistas prorrusos se tomaron hoy la sede del Ministerio del Interior en Górlovka, ciudad de la región de Donetsk, donde se mantiene un pulso contra el Gobierno ucraniano. Esto, tras el ultimátum lanzado ayer por el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, para que los prorrusos depongan las armas y abandonen los edificios públicos que mantienen ocupados en el sureste, cuyo plazo vence hoy.
Durante el asalto al edificio, en el que se oyeron disparos, al parecer efectuados por los policías que se encontraban atrincherados en su interior, resultó herida al menos una persona, según medios locales.
Los efectivos del orden, que abandonaron el edificio a través del corredor humano formado por los asaltantes, ya han jurado lealtad al nuevo jefe de la policía local, Alexandr Shulzhenko, designado por los sublevados.
Entre otras cosas, los asaltantes demandaban el relevo del jefe de la policía local para que las fuerzas del orden dejen de obedecer a sus superiores en la capital.
El anterior jefe, André Krischenko, que se negó a entregar su arma reglamentaria, fue trasladado a un automóvil por los asaltantes, informa la agencia UNIAN.
Al parecer, Krischenko era uno de los pocos jefes de policía de la región que se había negado a acatar las órdenes de la autoproclamada "república popular de Donetsk".
En el asalto en esta ciudad situada a cerca de 40 kilómetros de la capital regional participó más de un centenar de personas al grito de "Rusia" y "La policía con el pueblo".
Antes, los prorrusos retiraron la bandera ucraniana y la sustituyeron por la tricolor rusa al grito de "la policía con el pueblo".
Turchínov, quien anunció anoche que empleará el Ejército para restaurar el orden, firmó un decreto que garantiza que no se perseguirá judicialmente a quienes acaten el ultimátum en caso de que no hayan herido o matado a otros ciudadanos.
Rusia reaccionó al ultimátum del Gobierno de Kiev con una declaración de su cancillería que tachó de "criminal" la decisión de Turchínov de utilizar el Ejército para aplastar "manifestaciones pacíficas".
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