Según la Policía de Haití, Antonio Intriago, propietario de la empresa CTU Security, lideró la operación.
Para el propietario de una pequeña firma de seguridad que tendía a declararse en bancarrota y evitar pagar sus deudas, parecía una buena oportunidad: encontrar gente con experiencia militar para un trabajo en Haití.
Aparentemente, Antonio Intriago, propietario de la empresa CTU Security con sede en Miami, se lanzó de cabeza al proyecto y contrató a más de 20 exmilitares colombianos para la misión. Ahora, los colombianos están muertos o han sido capturados tras el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, y la empresa de Intriago enfrenta cuestionamientos sobre su papel en el crimen.
El miércoles por la tarde, Léon Charles, jefe de la Policía Nacional de Haití, acusó a Intriago de viajar a Haití muchas veces como parte de la trama del asesinato y para firmar un contrato en el país, aunque no dio más detalles ni presentó pruebas.
“La investigación está muy avanzada”, dijo Charles.
Un profesional de seguridad de Miami cree que Intriago tenía demasiadas ganas de aceptar el trabajo y no presionó para conocer los detalles, lo que dejó a oscuras a sus contratistas. Algunos de sus familiares en Colombia han dicho que los hombres entendieron que la misión era dar protección a personas importantes.
Tres de los contratistas colombianos murieron y 18 están tras las rejas en Haití, según dijo a la prensa en Bogotá el general Jorge Luis Vargas, jefe de la policía nacional colombiana. Diplomáticos colombianos en Haití no han tenido acceso a los detenidos.
Vargas comentó que CTU Security utilizó la tarjeta de crédito de la empresa para comprar 19 boletos de avión de Bogotá a Santo Domingo para los sospechosos colombianos supuestamente implicados en el asesinato. Uno de los colombianos muertos, Duberney Capador, se tomó una fotografía vistiendo una camiseta negra de CTU Security.
Nelson Romero Velásquez, exmilitar y abogado que asesora a 16 familias de los colombianos detenidos en Haití, dijo el miércoles que los hombres sirvieron en las fuerzas especiales del Ejército colombiano y podían operar sin ser detectados si querían hacerlo. Su comportamiento, señaló, deja claro que no viajaron a Haití para asesinar al presidente.
"Tienen la capacidad de actuar como sombras”, dijo Romero Velásquez.
Soldados estadounidenses habían entrenado a un “pequeño número” de los militares colombianos cuando estaban en servicio activo, informó el jueves el Pentágono después de buscar sus nombres en las bases de datos. Se encuentran entre los miles de soldados de Latinoamérica y el Caribe que reciben entrenamiento por parte de Estados Unidos.
El ataque se produjo antes del amanecer en la vivienda privada del presidente. El mandatario murió baleado y su esposa resultó herida. No estaba claro quién apretó el gatillo. Entre los últimos sospechosos identificados en la amplia investigación había un exsenador haitiano, un funcionario despedido y un informante del gobierno estadounidense.
Miami se ha convertido en una pieza clave de las pesquisas. Hace tiempo que la ciudad es terreno fértil para la intriga, desde los tiempos en que fue el centro de reclutamiento de la CIA para la fallida operación de Bahía de Cochinos para derrocar al dictador cubano Fidel Castro, hasta convertirse en punto de entrada clave para la cocaína colombiana en la década de 1980. Sus playas llenas de hileras de palmeras también han sido el sitio del exilio para latinoamericanos y caribeños cuando los vientos políticos soplan en su contra en sus países de origen, y el lugar desde donde algunos planearon su regreso.
Investigaciones de Seguridad Nacional, una agencia estadounidense responsable de investigar delitos que cruzan las fronteras internacionales, también abrió una pesquisa sobre el asesinato, según un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a comentar el caso. Declinó dar más detalles.
El FBI dijo que “presta asistencia en la investigación" a las autoridades haitianas.
Intriago, quien inmigró desde Venezuela hace más de una década y participó en actividades en Miami para oponerse al régimen izquierdista en su país, no respondió a varias peticiones de entrevistarle.
Le gusta estar cerca de personas poderosas y ha compartido fotos en redes sociales en las que aparece con personas como el presidente de Colombia, Iván Duque.
La oficina de Duque dijo el lunes que no sabía nada de Intriago y señaló que el mandatario colombiano estuvo en Miami para hacer campaña por la presidencia en febrero de 2018. Posó para hacerse fotos con algunos de los asistentes, pero que no se reunió ni tenía ninguna relación con Intriago, señaló la oficina del presidente.
Registros oficiales de Florida indican que la empresa de Intriago cambió de nombre varias veces en los últimos 12 años, y pasó de ser CTU Security a CS Security Solutions y más tarde Counter Terrorist Unit Federal Academy LLC.
CTU indica dos direcciones en Miami en su sitio web. Una es de un almacén clausurado sin rótulos. La otra es de una pequeña suite de oficina con otro nombre. Un recepcionista indicó que el propietario de CTU pasaba una vez por semana para recoger el correo.
La compañía, según su sitio web, ofrece “productos personalizados de primera clase y servicios a fuerzas de seguridad y unidades militares, así como clientes industriales".
Sin embargo, evitó pagar a varias empresas del sector por sus productos. Registros de Florida indican que una corte ordenó a la compañía de Intriago que pagara una deuda de 64.791 dólares en 2018 a una firma de armas y equipo táctico, RSR Group. Propper, un fabricante de material militar, también presentó una demanda por impago.
Alexis Ortiz, un escritor que trabajó con Intriago para organizar reuniones de venezolanos expatriados en Estados Unidos, le describió como “un colaborador muy activo, muy hábil”.
“Era amable, simpático”, dijo Ortiz.
Capador y otro colombiano, Germán Alejandro García, quien fue arrestado en Haití, “planearon y organizaron la supuesta operación de arresto” del presidente de Haití que terminó en su asesinato, señaló el jueves Vargas.
Richard Noriega, que dirige International Security Consulting en Miami, dijo que no conocía personalmente a Intriago pero que había seguido el desarrollo de la situación. Noriega, que también es venezolano, cree que Intriago se vio atraído por la perspectiva de dinero rápido y no fue lo bastante diligente.
Noriega se puso en el lugar de Intriago, y teorizó: “Estoy saliendo de una situación complicada de trabajo, de ingreso, de dinero. Me sale una oportunidad. Yo no la quiero perder”.
Por lo general, una empresa de seguridad pediría todos los detalles de la operación para determinar cuánta gente hace falta y qué nivel de seguridad necesitarían. Una prioridad sería preparar una ruta de escape por si las cosas se tuercen, señaló.
"Lo primero que tenemos que tomar en cuenta es la evacuación. ¿Dónde se va a salir? Es lo primero que hago”, explicó Noriega.
Pero al parecer, esos planes nunca se hicieron, quizá porque los colombianos, o al menos algunos de ellos, creían que la misión era benigna.
No parece lógico, señaló, que si los colombianos, personas muy entrenadas, hubieran planeado matar al presidente, no tuvieran una vía de escape. En lugar de eso, fueron capturados, algunos escondidos entre los arbustos, por la población local y la policía.
"Es bien turbio", dijo Noriega.
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