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Perú: empresas de transporte exigen seguridad ante ola de extorsiones y ataques
Las empresas de transporte público en Lima se suman a una paralización masiva en rechazo a las extorsiones y la violencia que han cobrado la vida de varios conductores. La medida busca presionar al gobierno para obtener respuestas concretas.
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Fotografía de archivo que muestra a un bus de transporte intermunicipal en una carretera de las afueras de Lima (Perú).( )
Este jueves 26 de septiembre en Perú, Lima Metropolitana vivirá una jornada marcada por la paralización del transporte público, en una protesta organizada por la Asociación Nacional de Integración de Transportistas de Perú.
Esta acción colectiva responde a la creciente violencia y extorsiones que afectan al gremio, habiendo dejado un saldo de al menos tres conductores asesinados en las últimas semanas.
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El paro, que involucra a 33 empresas del sector, también ha generado la suspensión de clases en varias escuelas y universidades privadas, afectando así a gran parte de la capital peruana.
Los transportistas, al borde del colapso por la inseguridad, anunciaron una movilización hasta la sede del Congreso en el centro histórico de Lima. Desconfían de las promesas de mejora de seguridad hechas por las autoridades y exigen acciones concretas.
La protesta no solo denuncia la falta de garantías para los conductores, sino que también pone de manifiesto el clima de violencia que aqueja al sector, con sicarios actuando impunemente y las extorsiones multiplicándose.
A pesar del llamado a la paralización, el primer ministro Gustavo Adrianzén expresó su sorpresa ante la medida, instando a los transportistas a reconsiderar la protesta.
“Las autoridades están dispuestas a recibirlos y a explicar en detalle las medidas previstas para combatir estos delitos”, declaró Adrianzén. Además, mencionó que ya existían compromisos previos entre el gobierno y los gremios del transporte para evitar este tipo de acciones, acuerdos que ahora se ven quebrantados.
Asesinato a conductores tras la inseguridad en Lima, Perú
El contexto de la protesta se agrava con los recientes asesinatos de conductores. El más reciente ocurrió en el distrito de Los Olivos, donde sicarios a bordo de motocicletas acabaron con la vida de un conductor de minibús e hirieron a un pasajero.
Este incidente se suma a los homicidios en Comas, donde dos choferes fueron asesinados en ataques similares a finales de agosto, lo que ha incrementado la sensación de vulnerabilidad entre los transportistas.
La escalada de violencia ha empujado a las empresas de transporte a realizar acciones drásticas. Ya el pasado lunes, un primer paro fue convocado, denunciando la impotencia ante la falta de protección por parte de las autoridades.
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La respuesta del gobierno, hasta ahora, ha sido insuficiente para calmar los temores de los trabajadores del transporte, quienes ven su vida en riesgo cada vez que salen a cumplir con su labor.
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, hizo un llamado a la ciudadanía para unir fuerzas contra la delincuencia. "Seamos un solo puño frente al crimen", declaró, dirigiéndose también a los delincuentes, advirtiendo que el gobierno está tras ellos.
Aunque sus palabras buscan transmitir determinación, los transportistas esperan acciones contundentes que frenen las extorsiones y la violencia que los afecta a diario.
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