El temporal dejó esta semana 20 personas muertas, carreteras cerradas y suspensión de clases.
El frente ártico que ha congelado buena parte de Estados Unidos esta semana ha servido también para levantar de nuevo suspicacias sobre el calentamiento global, unas dudas que no comparte la comunidad científica, convencida de que este fenómeno no contradice el cambio climático.
Con el mercurio por debajo de los 30 grados bajo cero celsius y sensaciones térmicas inferiores a 50 grados bajo cero, el frío superó récords históricos de temperaturas mínimas, aunque estas condiciones tampoco son una anomalía histórica.
La ola de frío provocó esta semana la muerte de una veintena de personas, el cierre carreteras y la suspensión de clases en varios estados.
Incluso hizo que, en algunos zoos, pingüinos y osos polares buscaran cobijo y que un preso fugado de una cárcel de Kentucky volviera entre rejas para resguardarse de las bajas temperaturas.
Con tanto frío, no extraña que una vez más el tiempo fuera el tema de conversación de millones de personas y, en esta ocasión, los escépticos sobre el calentamiento global aprovecharon la coyuntura para sacar pecho públicamente.
"Hace frío. Al Gore me dijo que esto no pasaría", afirmó el senador republicano Ted Cruz, en referencia al exvicepresidente estadounidense, premio Nobel de la Paz por su activismo medioambiental.
"El 'calentamiento global' no es tan cálido estos días", señaló el legislador republicano John Fleming en su cuenta de Twitter, mientras que otro compañero de partido, el senador Jim Inhofe, calificó el cambio climático como una idea "casi ridícula".
Los científicos recuerdan que al hablar de clima se utilizan promedios y que en los últimos años se han acumulado pruebas más que suficientes como para no recelar del cambio climático.
"Ningún episodio meteorológico por sí solo puede demostrar o refutar el cambio climático global", sentenció John Holdren, asesor de Ciencia y Tecnología del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en un vídeo difundido por la Casa Blanca.
En la comunidad científica el debate se ha centrado más en si el cambio climático ha influido de alguna forma en la ola de frío.
Los meteorólogos han coincidido en señalar un inusual desplazamiento hacia el sur del "vórtice polar" como el origen más inmediato del frío extremo que azotó esta semana de Estados Unidos, aunque las razones que lo motivaron han sido más discutidas.
El vórtice es una zona de baja presión que se encuentra en las capas altas de la atmósfera y que habitualmente mantiene las masas de aire frío cerca del polo, pero su debilitamiento dejó que las corrientes frías llegaran más al sur y cubrieran gran parte del territorio estadounidense.
"No creo que la ola de frío esté vinculada directamente al cambio climático global. Es algo que sólo ocurre una vez cada cierto tiempo", asegura a Efe el presidente del comité de Variabilidad y Cambio Climático de la Sociedad Meteorológica Americana y profesor de la Universidad de Albany, Aiguo Dai.
Otros investigadores sí ven una relación, como Judah Cohen, quien trabaja en la unidad de Investigación Atmosférica y Ambiental de Verisk, una firma dedicada a la evaluación de riesgos, y apunta al reciente calentamiento del Ártico como posible causa.
"Nuestra investigación sugiere que un Ártico cálido está relacionado con el tiempo frío en los contenidos en latitudes medias", explica Cohen sobre un fenómeno denominado "Ártico caliente, continentes fríos" que él compara con el dilema del huevo y la gallina.
"¿Está caliente el Ártico porque ha aumentado el flujo norte-sur que transporta aire caliente al océano mientras el aire frío desciende a latitudes medias o puede un Ártico más cálido incrementar el flujo de aire norte-sur que después provoca la llegada de aire frío a latitudes meridionales?", se pregunta Cohen.
"Si la gente encuentra este frío sorprendente es porque las cosas se están calentando", resuelve, por su parte, el climatólogo Gavin Schmidt, del Instituto Goddard de la Agencia Espacial estadounidense (NASA).
En todo caso, condiciones extremas como las que se dieron esta semana en Estados Unidos ya se produjeron en el pasado y, tal y como vaticinan los expertos, a medida que el clima continúa calentándose se espera que aumente su frecuencia.
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