La exestrella del fútbol Americano fue acusado de matar a su exesposa y a un amigo de ella
Jaime González
BBC Mundo, Los Ángeles, @bbc_gonzalez
Fue en la tarde del 17 de junio de 1994 cuando más de 90 millones de personas en Estados Unidos pudieron ver en directo a través de la televisión cómo la policía perseguía por una autopista interestatal de Los Ángeles, en California, a un Ford Bronco de color blanco.
En él viajaba la exestrella del fútbol Americano O.J. Simpson junto a su amigo Al Cowlings.
Hacía unas pocas horas que Simpson había sido declarado fugitivo por no haberse entregado a las autoridades, que habían presentado cargos en su contra por la muerte de su exesposa Nicole Brown y de Ronald Goldman, un amigo de esta, que habían sido brutalmente asesinados unos días antes.
Esta persecución -de la que este martes se cumplen 20 años- sería el prólogo del mediático juicio por asesinato al que durante nueve meses fue sometido Simpson y en el que resultaría exculpado.
Dos décadas después, la retransmisión de la efímera fuga de la exjugador del NFL es considerada como la precursora de los programas de telerrealidad que inundarían las televisiones de EE.UU. en los años posteriores.
Sospechoso de asesinato
Todo empezó en la noche del domingo 12 de junio de 1994 cuando la policía encontró los cadáveres de Nicole Brown y Ronald Goldman en la residencia del barrio de Brentwood de Los Ángeles en el que vivía la exesposa de O.J. Simpson.
Las víctimas habían sido acuchilladas y degolladas mientras en el interior de la vivienda dormían los dos hijos de 9 y 6 años de Brown y Simpson, quienes se habían divorciado en 1992.
Con el paso de las horas y en base a las pruebas que se encontraron en la escena del crimen y en casa de Simpson -entre ellas los famosos guantes ensangrentados que serían clave en la absolución del exdeportista- las autoridades concluyeron que este había estado involucrado en el crimen.
Cuatro días después de los asesinatos y tras haber interrogado al sospechoso exhaustivamente, la policía de Los Ángeles comunicó a los abogados de Simpson que iban a presentar cargos en contra de su cliente, acordando que este se entregara en la mañana del 17 de junio.
Cuando las autoridades se apersonaron en la casa en la que Simpson se había refugiado de la presión mediática, el exdeportista -quien de ser declarado culpable podía enfrentarse a la pena de muerte- no pudo ser encontrado.
El abogado de Simpson, Robert Shapiro, les dijo a los agentes que su cliente había desaparecido alrededor de mediodía y que la última vez que había sido visto estaba en compañía de su amigo y excompañero de equipo Al Cowlings.
Fue entonces cuando las autoridades realizaron una dramática rueda de prensa en la que anunciaron que Simpson se había convertido en fugitivo y solicitaron la ayuda del público para que pudiera ser capturado.
Robert Shapiro también compareció ante los medios para pedirle a su cliente que se entregara "por el bien de su familia y de sus hijos".
Robert Kardashian -padre de la estrella de la telerrealidad Kim Kardashian y amigo personal de Simpson- leyó ante la prensa una de las tres cartas que el exdeportista había dejado antes de desaparecer en la que negaba estar involucrado en el asesinato y parecía indicar que tenía intención de quitarse la vida.
"No sientan lástima por mí. He tenido una gran vida, grandes amigos. Por favor, piensen en el verdadero O.J. y no en esta persona perdida", decía Simpson en la misiva.
La persecución más mediática
Alrededor de las 18:45 horas del 17 de junio, tras recibir una denuncia de un ciudadano, la policía detectó al exdeportista en una camioneta Ford Bronco blanca mientras circulaba por la autopista interestatal 405 acompañado por su mejor amigo, Al Cowlings.
Cuando la policía se aproximó al vehículo, Cowlings, quien conducía, les dijo que Simpson se encontraba en la parte trasera del vehículo y que tenía una pistola apuntando a su cabeza.
Los agentes se alejaron y en ese momento se inició una persecución a baja velocidad que se prolongaría durante una hora y en la que una veintena de patrullas de la policía siguieron al Ford Bronco, mientras miles de curiosos congregados en los márgenes de la autopista observaban todo lo que estaba sucediendo.
Las principales cadenas de televisión interrumpieron sus programaciones para retransmitir las imágenes de la fuga que estaba siendo grabada desde varios helicópteros, alcanzándose una audiencia cercana a los 95 millones de telespectadores.
Incluso el canal NBC interrumpió parcialmente la emisión del quinto partido de la final de la NBA que se estaba disputando ese día para informar de la huida de Simpson.
Todo terminó sobre las 8 de la tarde en la mansión del exdeportista, quien tras permanecer dentro del vehículo durante unos minutos mientras negociaba con la policía, acabó entregándose.
"Espectacular"
"Fue algo espectacular. Nunca había sucedido nada similar. Ahora estamos acostumbrados a ver persecuciones policiales en televisión pero cuando retransmitieron la huida de O.J. Simpson el público no había visto nada parecido", asegura Linda Deutsch, corresponsal especial de la agencia de noticias AP que se encargó de cubrir el juicio por asesinato al que fue sometido Simpson.
"Primero hay que ser consciente de lo famoso que O.J. Simpson era en esa época. Era una leyenda viva en EE.UU. y además era muy querido. Tenía una personalidad muy carismática y con su deslumbrante sonrisa había conquistado al público. A eso hay que sumar que fue un deportista excepcional", señala Deutsch en conversación con BBC Mundo.
"Cuando se conoció la noticia de que Nicole Brown había sido asesinada muy poca gente pensó que O.J. Simpson pudiera estar involucrado. Por eso, cuando la policía anunció que iba a presentar cargos en su contra, fue una bomba. El país se quedó en estado de shock. ¿Cómo podía ser? Nadie podía creer que él pudiera tener algo que ver con un suceso de este tipo", señala la periodista de AP.
Deutsch asegura que la retransmisión de la persecución de Simpson y del posterior juicio al que fue sometido, "fueron los precursores de los programas de telerrealidad" que triunfan desde hace años en televisión y del ciclo de noticias televisadas durante 24 horas "que en esa época estaba dando sus primeros pasos".
"De repente, las cosas que estaban pasando en la vida real se volvieron más interesantes que los contenidos de ficción", asegura la corresponsal de AP.
"No creo que vuelva a haber un caso parecido al de O.J. Simpson, aunque eso es lo que llevan buscando las cadenas de noticias por cable desde hace dos décadas", concluye Deutsch.
El interés mediático por el caso Simpson continuó hasta el inicio del juicio en contra del exdeportista, que arrancó en enero de 1995 y duró nueve meses, siendo cubierto por más de 2.000 periodistas de todo el mundo.
Se calcula que el 3 de octubre de 1995, cerca de 145 millones de personas vieron en directo por televisión como Simpson era declarado no culpable, en un veredicto que dividió a la sociedad estadounidense.
Pero los problemas de Simpson con la justicia no acabaron ese día.
Dos años más tarde fue condenado a pagar más de US$30 millones a las familias de su exmujer y del amigo de esta al ser hallado culpable en un juicio civil, aunque nunca llegó a pagar esa indemización.
En 2007 fue detenido por robo a mano armada y secuestro, en un caso por el que acabó siendo condenado a entre nueve y 33 años de cárcel, una pena que se encuentra cumpliendo en la actualidad en una prisión del estado de Nevada.
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