En las tres últimas décadas, el mundo ha registrado otros atentados terroristas.
Era el 14 de diciembre de 1989. Mientras gran parte del mundo occidental celebraba el día de San Valentín, en Irán, la radio oficial emitía un mensaje del jefe espiritual del islam en ese país, el Ayatollah Komeini. Lo que estaba haciendo era una fatwa, en otras palabras, dando una orden religiosa. Estaba sentenciando a muerte al escritor británico de origen hindú, Salman Rushdie.
¿Por qué pedían su muerte?
Unos meses antes, Rushdie había publicado su cuarta novela, y se titulaba "Los Versos Satánicos". era una obra de ficción en la que uno de los personajes principales era Mahoma, a quien los musulmanes considera el principal profeta de su religión.
La amenaza de muerte no era algo para tomar a la ligera, al punto que el gobierno británico le dio protección policial a Rushdie, escolta que lo acompañó durante una década. Por mucho tiempo, la ubicación exacta de Rushdie se mantenía en secreto por motivos de seguridad.
En agosto de ese mismo año, un hombre murió en un hotel de Londres cuando explotó la bomba que estaba armando. Las investigaciones de la policía concluyeron que esa bomba, tenía como propósito asesinar a Salman Rushdie. El Reino Unido cortó relaciones diplomáticas con Irán y no se reestablecieron hasta que Irán se comprometió a no impulsar la muerte del escritor.
Esto sin embargo no impidió que en el mundo se realizaran violentas protestas, y en 12 países, el libro fue prohibido. En otros países donde se lo vendía, las librerías fueron incendiadas por manifestantes.
Aunque Rushdie sigue con vida, su "sentencia de muerte" sigue vigente, tres de los escritores que tradujeron su libro, fueron víctimas de atentados, uno de ellos, el que lo tradujo al japonés, murió acuchillado en Tokyo en 1991.
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