Protesta de este viernes fue pacífica, ayer se registraron enfrentamientos.
En la provincia de Carchi, donde el paro se alarga y las exigencias se mantienen firmes, una marcha multitudinaria en la cuarta jornada de cierre de vías y actividades. En esta provincia fronteriza todos están a la expectativa de que se logre una salida a la medida de hecho.
Nuevamente, decenas de manifestantes coparon las calles principales de Tulcán, exigiendo la presencia del vicepresidente de la República y otras autoridades de Gobierno en la provincia de Carchi.
Los gritos no cesan en esta paralización que lleva ya cuatro días causando graves pérdidas económicas para el país. "Sabemos que está ya en nuestro territorio el viceministro de Gobierno, estamos esperando conversar con él y construir un dialogo fraterno y saber que es posible llevar a nuestro Carchi al progreso, nuestro enemigo no es el Gobierno", dijo Cristian Benavides, alcalde de Tulcán.
El prefecto de Carchi y sus alcaldes aseguran que mientras no reciban un comunicado oficial de acercamiento al diálogo, continuarán con la movilización. La protesta de esta mañana se desarrolló sin desmanes a diferencia del jueves, que se registraron enfrentamientos en los alrededores del Comando de Policía, allí los manifestantes exigían la liberación de 8 detenidos, quemaron llantas y chocaron con los uniformados. Por el momento no se ha confiormado ni heridos, ni detenidos en esta jornada de protestas.
Un panorama similar se registró también la tarde de ayer en los exteriores del aeropuerto de Tulcán y otro grupo apedreó el palacio de la Gobernación, causando destrozos. Por ahora los manifstantes se han ubicado en distintos puntos de Tulcán, impidiéndo el paso de motorizados de la policía que buscan controlar las movilizaciones.
En la provincia de Carchi, donde el paro se alarga y las exigencias se mantienen firmes, una marcha multitudinaria en la cuarta jornada de cierre de vías y actividades.
En esta provincia fronteriza todos están a la expectativa de que se logre una salida a la medida de hecho.
Nuevamente, decenas de manifestantes coparon las calles principales de Tulcán, exigiendo la presencia del vicepresidente de la República y otras autoridades de Gobierno en la provincia de Carchi.
Los gritos no cesan en esta paralización que lleva ya cuatro días causando graves pérdidas económicas para el país.
"Sabemos que está ya en nuestro territorio el viceministro de Gobierno, estamos esperando conversar con él y construir un dialogo fraterno y saber que es posible llevar a nuestro Carchi al progreso, nuestro enemigo no es el Gobierno", dijo Cristian Benavides, alcalde de Tulcán.
El prefecto de Carchi y sus alcaldes aseguran que mientras no reciban un comunicado oficial de acercamiento al diálogo, continuarán con la movilización.
La protesta de esta mañana se desarrolló sin desmanes a diferencia del jueves 26 de septiembre, que se registraron enfrentamientos en los alrededores del Comando de Policía, allí los manifestantes exigían la liberación de 8 detenidos, quemaron llantas y chocaron con los uniformados, por el momento no se ha confiormado ni heridos, ni detenidos en esta jornada de protestas.
Un panorama similar se registró la tarde de ayer en los exteriores del aeropuerto de Tulcán y otro grupo apedreó el palacio de la Gobernación, causando destrozos.
Por ahora los manifstantes se han ubicado en distintos puntos de Tulcán, impidiéndo el paso de motorizados de la policía que buscan controlar las movilizaciones.
Los legisladores proponen ser mediadores frente al paro del Carchi. Sin embargo, reconocen que hay pedidos que no son fáciles de cumplir, como 'un iva diferenciado'. Proponen que el régimen emita el reglamento de la 'Ley de Desarrollo Fronterizo', como un paso para solucionar este crisis.
En mayo de 2018 se aprobó la Ley de Desarrollo Fronterizo en la Asamblea Nacional, pero después de más de un año el presidente no ha emitido el reglamento para que pueda aplicarse. Esto se ve entre los legisladores como una carta clave para solucionar la paralización en el Carchi.
La medida podría implicar hasta un 40% de incremento en los presupuestos de las provincias fronterizas entre otros beneficios como la posibilidad de convertise en zonas especiales de desarrollo económico.
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