El expresidente brasileño dijo que se merecía más respeto y que no bajará la cabeza.
El expresidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva aseguró este 4 de marzo que no teme a la justicia, luego de que la policía allanara su casa y lo llevase a declarar por el megafraude a Petrobras.
"Me sentí prisionero hoy de mañana", dijo Lula en la sede nacional del gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) en Sao Paulo, tras prestar testimonio ante la policía federal en el aeropuerto de Congonhas.
"Si querían escucharme solo tenían que llamarme que yo iba, porque no debo y no temo" a la justicia, sostuvo ante decenas de correligionarios que gritaban "¡Lula, guerrero, del pueblo brasileño!".
La policía allanó el viernes la casa del exmandatario que gobernó Brasil de 2003 a 2010 a pedido de fiscales que investigan tanto él como su familia recibieron favores de grandes empresas constructoras.
Los fiscales "encendieron en mí la llama. ¡La lucha continúa!", sostuvo Lula. "Creo que merecía un poco más de respeto en este país", pero "no voy a bajar la cabeza", prometió.
"No sé si seré candidato en 2018" a la presidencia, sostuvo, pero anticipó que recorrerá el país defendiendo al PT.
Los fiscales que investigan a Lula detallaron sus principales sospechas de posibles crímenes de corrupción y lavado de dinero contra el exmandatario, una de las figuras políticas más importantes de América Latina.
"Lula, además de líder partidario, era el responsable final de la decisión de quiénes serían los directores de Petrobras y fue uno de los principales beneficiarios de los delitos. De hecho, surgieron evidencias de que los crímenes lo enriquecieron y financiaron campañas electorales y la caja de su fuerza política", dijo la fiscalía de Paraná en un comunicado.
El fiscal Carlos Fernando dos Santos Lima dijo a periodistas que grandes constructoras acusadas de corrupción en Petrobras pagaron a Lula en forma de donaciones u honorarios por conferencias cerca de 30 millones de reales (unos 8 millones de dólares).
"Los favores son muchos y difíciles de cuantificar", dijo el procurador.
"Violencia"
El Instituto Lula del exmandatario sostuvo que las acciones policiales de este viernes representan "una agresión al Estado de Derecho".
"La violencia practicada hoy contra el expresidente Lula y su familia, contra el Instituto Lula, la exdiputada Clara Ant y otros ciudadanos ligados al expresidente es una agresión al Estado de Derecho que afecta a toda la sociedad brasileña", dijo el Instituto en un comunicado.
La acción de la policía "es arbitraria, ilegal e injustificable, además de constituir una grave afrenta a la Corte Suprema", agregó.
Lanzando gritos y coreando consignas, decenas de manifestantes se agolparon en la sede de la policía donde Lula declaró durante unas tres horas, algunos para apoyarlo y otros para repudiarlo, y varios se enfrentaron a golpes.
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