La suspensión de los trámites en varios países europeos agrava la situación de miles de refugiados sirios, mientras crece la presión para deportaciones.
La crisis humanitaria desatada por la guerra civil en Siria continúa generando profundas repercusiones en la Unión Europea. A pesar de la masiva llegada de refugiados sirios en 2015, miles de solicitudes de asilo aún permanecen sin resolverse.
Esta situación se ha agravado significativamente en los últimos meses debido a la decisión de varios países miembros de la UE de suspender temporalmente el procesamiento de nuevas solicitudes de asilo presentadas por ciudadanos sirios.
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La suspensión de estos trámites, adoptada por naciones como Grecia, Alemania, Austria e Italia, entre otras, ha generado una acumulación considerable de casos pendientes. Esta medida, justificada por algunos gobiernos como una necesidad de controlar los flujos migratorios y proteger sus sistemas de asilo, ha sido ampliamente criticada por organizaciones humanitarias y defensores de los derechos humanos, quienes advierten sobre las graves consecuencias para los solicitantes de asilo, muchos de los cuales se encuentran en una situación de vulnerabilidad.
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La caída del gobierno de Bashar al-Assad en Siria ha generado un nuevo éxodo de refugiados hacia países vecinos y Europa. Sin embargo, las condiciones de seguridad en Siria aún son inestables y la posibilidad de un retorno seguro y duradero para los refugiados sigue siendo incierta.
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