Justicia electoral investiga financiamiento de la última campaña de Dilma Rousseff
Si se comprueban irregularidades, iniciaría un juicio político con fines de destitución.
El Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil decidió el 6 de octubre por mayoría reabrir el proceso de investigación electoral por supuestas irregularidades en la campaña electoral de la presidenta, Dilma Rousseff.
La acción fue interpuesta por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileño (PSDB), que pide la nulidad del mandato de la presidenta y de su vicepresidente Michel Temer.
No obstante, según apuntó la estatal Agencia Brasil, los magistrados no cuestionaron el mérito de la acción para analizar si hubo irregularidades o no y sólo evaluaron este martes si era procedente continuar con ese proceso.
Después del análisis de las alegaciones de acusación y defensa, el caso será juzgado por el plenario de la corte.
En total, cinco magistrados votaron a favor de dar continuidad al proceso y dos en contra.
En febrero, la magistrada María Thereza de Assis Moura archivó el proceso, al argumentar que no se tenían pruebas suficientes para proseguir con la acción, pero el TSE volvió a debatir la reapertura del caso por una acción interpuesta por el PSDB, del candidato opositor derrotado Aécio Neves.
El PSDB alegó que existen indicios de irregularidades en la campaña de Rousseff por la donación de recursos de las constructoras vinculadas en la investigación por el gigantesco escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
La Justicia electoral había iniciado el último 25 de agosto la votación para dar continuidad o no al proceso, pero fue interrumpida y retomada el martes 6 e octubre.
En el proceso, el gobernante Partido de los Trabajadores (PT), de Rousseff, sustenta que todas las donaciones fueron legales y registradas ante la Justicia electoral y que las cuentas de la campaña fueron aprobadas en diciembre pasado por unanimidad en la misma corte.
Además del proceso que se reabrirá en el TSE, la presidenta Rousseff deberá pasar por la aprobación de la contabilidad de la gestión de 2014 por parte del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU), que deberá determinar si hubo un "maquillaje fiscal" del informe.
En caso de una reprobación de las cuentas, el Congreso determinará si abre o no un juicio político con fines de destitución de Rousseff, como pretende la oposición.
Recomendadas