La Unión Patriótica y Marcha Patriótica mostraron su respaldo a la reelección del presidente.
La Unión Patriótica y Marcha Patriótica, los movimientos políticos más izquierdistas de Colombia, mostraron hoy su apoyo a la reelección del presidente Juan Manuel Santos en la segunda vuelta prevista para el 15 de junio, mientras que el Polo Democrático debate si hace lo propio.
El inédito apoyo a Santos, un político neoliberal, lo hicieron como muestra de apoyo a las negociaciones de paz que su Gobierno inició con el grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en noviembre de 2012 en Cuba y que ya han superado el ecuador con la firma de tres acuerdos parciales en materia de tierras, participación política y narcotráfico.
"Pensamos que lo mejor en este momento es apoyar al candidato que ha abierto los diálogos y que va por el camino de la solución política y negociada", dijo en una rueda de prensa la líder de la Unión Patriótica (UP), Aída Avella.
Avella, que pasó 17 años en el exilio en Suiza tras salir ilesa de un atentado que sufrió en 1996 en Bogotá, concurrió en las elecciones del pasado domingo como compañera de fórmula a la Vicepresidencia de Clara López, del Polo Democrático Alternativo (PDA), coalición que obtuvo el cuarto lugar con casi dos millones de votos (15,23 %).
La UP nació en 1985 a raíz de unos acuerdos entre las FARC y el Gobierno del entonces presidente Belisario Betancur y durante los años 80 y 90 del siglo pasado sufrió un genocidio con el asesinato sistemático de cerca de 4.000 de sus militantes, entre ellos dos candidatos presidenciales, congresistas, alcaldes y concejales.
"Nuestro deber es impedir que la guerra vuelva a este país", dijo Avella al referirse a una hipotética victoria en la segunda vuelta del candidato del Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, pupilo del expresidente Álvaro Uribe y quien venció a Santos en la primera ronda, con el 29,25 % de los votos.
El que fue compañero de la UP en la carrera presidencial, el PDA, debaten hoy también cuál postura adoptar para la segunda vuelta entre la opción de apoyar la reelección de Santos, como sugiere el senador Iván Cepeda, o promulgar el voto en blanco o la abstención, como defiende el senador Jorge Robledo.
"Por millones de víctimas que ha dejado medio siglo de guerra, por el futuro de la patria, el 15 de junio voto por la paz (que no es Zuluaga)", dijo en su cuenta de Twitter Cepeda, hijo de Manuel Cepeda, un senador de la UP asesinado en 1994 por agentes del Estado, un crimen que hoy fue declarado de lesa humanidad por la Fiscalía.
Robledo, por su parte, afirmó que "Santos y Zuluaga son lo mismo" y que con ninguno de ellos "cesará la horrible noche" por la que atraviesa Colombia: "La peor o de las peores herencias que Álvaro Uribe le dejó a Colombia fue la Presidencia de Juan Manuel Santos", dijo.
Por su parte Marcha Patriótica, movimiento político que nació en 2012 como un conglomerado de organizaciones campesinas y estudiantiles y que desde el Gobierno de Santos ha sido relacionado en diversas ocasiones con las FARC, también se expresó a favor de la reelección del actual presidente.
Su líder, la exsenadora Piedad Córdoba, dijo que el fin del conflicto es el "gran anhelo" de Colombia: "La paz tiene que ver con todo. Lograr la paz generará condiciones para por fin construir un nuevo país", manifestó.
Pese a que en su cuenta de Twitter Marcha Patriótica dijo que la paz no se escribe "ni con Z de Zuluaga, ni con S de Santos", también afirmó que "la paz de Zuluaga es un falso positivo", en alusión a las ejecuciones extrajudiciales de civiles por el Ejército durante el Gobierno de Uribe, cuando Santos era su ministro de Defensa, y que se calculan en cerca de 3.000 casos.
Según publicó el diario El Espectador la dirección nacional de este movimiento se reunirá con Santos el próximo martes para concretar su respaldo.
El apoyo de la izquierda colombiana a Santos resulta inédito y responde a la coyuntura de las negociaciones con las FARC, ya que durante los cuatro años este sector ha sido un firme opositor a sus políticas neoliberales y ha protagonizado múltiples protestas sociales.
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