Las fuertes lluvias provocaron inundaciones, deslizamientos de terreno y caída de árboles.
Unas 50.000 personas tuvieron que abandonar sus casas en los estados brasileños de Pernambuco y Alagoas (nordeste) tras el temporal que este fin de semana dejó al menos 6 muertos, según datos actualizados este 30 de mayo de 2017 por los gobiernos locales.
La mayoría de desplazados se encuentran en Pernambuco, donde 44.801 habitantes tuvieron que refugiarse en hogares de familiares o en edificios públicos debido a los daños causados por el temporal en sus viviendas.
Dos personas fallecieron y otras dos continúan desaparecidas, informaron las autoridades, que declararon el domingo el estado de calamidad pública en 15 municipios de esta zona del empobrecido nordeste.
Las fuertes lluvias provocaron inundaciones, deslizamientos de terreno y caídas de árboles y dañaron once sistemas de abastecimiento de agua en Pernambuco, afectando el suministro de más de dos millones de personas.
Alagoas declaró el estado de emergencia en 27 ciudades, donde más de 3.000 familias han sido evacuadas y cuatro personas han fallecido por la violencia de las lluvias.
El ministerio brasileño de Defensa envió a 100 militares a la zona para colaborar en las tareas de rescate y limpieza. El presidente Michel Temer aparcó el domingo por unas horas la tensión política que vive Brasilia para visitar las zonas afectadas.
El mandatario autorizó un préstamo de 600 millones de reales (183,4 millones de dólares al cambio actual) del banco de fomento BNDES para concluir cuatro represas, cuya construcción se había anunciado durante el temporal que azotó al estado en 2010.
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