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Edificios flotan río abajo tras el paso devastador del huracán Helene en Estados Unidos
El huracán Helene dejó una estela de destrucción en Carolina del Norte, inundando la región y causando el colapso de la Asheville Tea Company. Aunque no hubo víctimas en la empresa, más de 160 personas fallecieron y cientos siguen desaparecidas.
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Edificios destruidos tras el huracán Helene( )
El huracán Helene, que azotó con fuerza la región sur de los Montes Apalaches este fin de semana, ha dejado tras su paso una devastadora estela de destrucción, incluyendo la destrucción del edificio que albergaba la Asheville Tea Company.
Esta empresa, conocida por su enfoque en la elaboración de tés de origen local y prácticas agrícolas sostenibles, fue arrasada por las aguas del río French Broad, que se desbordó debido a las intensas lluvias.
Afortunadamente, los empleados de Asheville Tea Company resultaron ilesos, pero el daño material es significativo. Esta empresa, cuyo enfoque es redefinir la manera de producir y disfrutar el té, se asocia con pequeños agricultores de la región que practican una agricultura regenerativa. La destrucción de su sede es un duro golpe para la comunidad local, pero la compañía no ha informado sobre un cierre definitivo.
El impacto de Helene fue catastrófico para la región. Con más de 160 fallecidos, este huracán se convertió en el segundo más mortífero en Estados Unidos en los últimos 50 años, solo superado por el huracán Katrina en 2005.
Las autoridades continúan buscando a cientos de personas que quedaron aisladas en las montañas, sin noticias desde hace varios días.
La tragedia recuerda mucho a la devastación vivida en Nueva Orleans durante Katrina. Helicópteros militares han estado sobrevolando la región constantemente, intentando rescatar a los afectados y llevar ayuda a las áreas más remotas de los Apalaches.
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La ciudad de Asheville y sus alrededores, tradicionalmente un refugio climático, se encuentran ahora en una situación crítica. Las lluvias torrenciales previas a la llegada del huracán saturaron el terreno, y cuando Helene tocó tierra, las inundaciones fueron inevitables.
El río French Broad, que atraviesa la región, se desbordó, causando daños masivos a la infraestructura local y dejando a la ciudad sin agua potable, con cortes de luz y comunicaciones intermitentes.
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