08 nov 2013 , 10:13

Haiyán, el tifón superpoderoso que azota a Filipinas

   

Hasta ahora el tifón a dejado cuatro muertos y millones de refugiados.

El supertifón Haiyán, una de las tormentas más potentes de las que se tienen registro, ha dejado al menos cuatro muertos y millones de refugiados en su paso por Filipinas.

 

Medios locales reportaron serias inundaciones, edificios derribados y todo tipo de infraestructura hecha pedazos.

 

Más de 125.000 personas de las zonas más vulnerables fueron evacuadas y trasladadas a refugios. El jefe de la agencia de prevención de desastres de Filipinas, Eduardo del Rosario, le dijo a la AP que esas evacuaciones tempranas y la alta velocidad de traslación del tifón ayudarían a reducir los estragos que provocaría.

 

Los meteorólogos han recordado el tifón Bopha, que en 2012 afectó al sur del país y dejó al menos 1.000 muertos.

Haiyán, también conocido como Yolanda, equivale a un huracán de categoría cinco. Tras su paso por Filipinas se espera se dirija hacia Vietnam y el sur de China.

 

12 millones en riesgo

 

La tormenta llegó a territorio filipino por la isla de Samar, a unos 600 kilómetros de la capital, Manila, poco antes del amanecer de este viernes, con vientos que se estima rondaban los 314 kilómetros por hora.

Las autoridades advirtieron que más de 12 millones de personas están en riesgo.

 

Guiuan, una localidad de pescadores de 40.000 habitantes, fue el primer lugar en ser golpeado por el paso del ciclón también conocido como Yolanda. Las comunicaciones enseguida quedaron cortadas.

 

Olas de hasta cinco metros se pudieron ver en las islas de Leyte y Samar, en el centro del país, según informó la agencia de noticias Reuters.

 

No muy lejos, en Tacloban, de 200.000 habitantes, se reportaron inundaciones y edificios derribados.

 

Peor que Camille

 

Una de las zonas de más riesgo es la isla de Bohol, epicentro de un terremoto de magnitud 7,1 en la escala de Richter que el mes pasado mató a 222 personas y donde al menos 5.000 personas seguían viviendo en tiendas de campaña.

 

Las Fuerzas Armadas informaron que están transportando alimentos y otros bienes de primera necesidad a las comunidades más remotas.

 

Con sus 315 kilómetros por hora al tocar tierra, Haiyán supera al huracán Camille, que llegó a la cosa de Mississippi, en el sur EE.UU. con vientos sostenidos de 305 kilómetros por hora.

 

El gobernador de la provincia de Leyte, Roger Mercado, escribió en su cuenta en la red social Twitter que los árboles caídos ya bloqueaban las carreteras y entorpecían los trabajos de ayuda.

 

Mai Zamora, de la ONG World Vision, en Cebu, le contó a la BBC cómo oía silbar el viento. "Es muy fuerte, y la lluvia torrencial sigue", dijo.

 

"Nuestros compañeros de Tacloban nos han contado que han visto chapas de acero galvanizado volar como cometas. Está todo por las carreteras ahora. Los caminos están inundados allá", agregó.

 

Roxane Sombise, residente de Tacloban, provincia de Leyte, le dijo que la BBC que sentía que su casa se zarandeaba. "Sólo quiero que pare".

 

Una maestra también en la provincia de Leyte le dijo a una radio local que su escuela estaba llena de refugiados.

 

Preparados para lo peor

 

Jeff Masters, meteorólogo que dirige Weather Underground, escribió en un blog que los daños provocados por Haiyán pueden ser "tal vez los más grandes destrozos provocados por el viento de una tormenta tropical en una ciudad en el último siglo".

 

La previsión es que la tormenta se mueva hacia el Mar del Sur de China, donde llegará el sábado.

 

El presidente, Benigno Aquino, pidió a los habitantes de las zonas más vulnerables que abandonaran el lugar. También llamó a los pescadores a permanecer en puerto.

 

Aquíno aseguró que aviones militares de carga, helicópteros y 20 barcos de la armada están preparados para desplegarse en cuanto pase la tormenta.

 

"Ningún tifón va a arrodillar a los filipinos si permanecemos unidos", dijo en un mensaje televisado.

 

Ben Evardone, congresista de la provincia de Samar, había dicho anteriormente que había que prepararse para lo peor.

Meteorólogos locales advirtieron que la tormenta, el vigésimoquinto tifón que afecta a Filipinas este año, podría ser tan devastadora como Bopha, que en 2012 dejó al menos mil muertos y más de US$1.000 millones en daños materiales.

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