Gobierno de Maduro rechaza declaración de Grupo de Contacto

Tras la declaración del Grupo Internacional de Contacto sobre Venezuela en Quito, el régimen del presidente Nicolás Maduro rechazó el viernes 29 de marzo de 2019 este pronunciamiento. 

 

Desde Quito, el jueves, el Grupo de Contacto condenó la inhabilitación para ejercer cargos públicos del presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó.

 

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El Grupo, además, insistió en que solo puede haber una “solución pacífica, democrática y política y propiamente venezolana, excluyendo el uso de la fuerza y a través de elecciones presidenciales libres y transparentes tan pronto como sea posible”.

 

Según el boletín colgado en la cuenta de Twitter del canciller Jorge Arreaza este viernes, ese grupo “ha tomado la temeraria decisión de inmiscuirse en asuntos propios del funcionamiento del Estado venezolano, llegando al extremo de pretender reprobar el funcionamiento de las instituciones venezolanas en el ejercicio de sus competencias y bajo amparo de sus atribuciones legales”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

También rechaza las declaraciones de la alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Seguridad, Federica Mogherini, sobre las actuaciones de la Contraloría venezolana con Guaidó. 

 

“La parcialidad de la Alta Representante pone en entredicho su fiabilidad en la búsqueda de un proceso pacífico de diálogo en Venezuela”, indica.

 

El Gobierno de Venezuela exigió a los países integrantes del Grupo Internacional de Contacto respetar las instituciones y el ordenamiento jurídico del Estado. 

 

El canciller Arreaza destacó que las delegaciones enviadas a Venezuela por el Grupo de Contacto “han sido recibidas por altas autoridades del Estado venezolano y se les ha brindado un trato cordial y respetuoso, ante su presunta voluntad de querer facilitar el diálogo entre las partes”. 

 

El Gobierno del presidente Nicolás Maduro, según el boletín, mantiene su compromiso con el diálogo para lograr la paz y el desarrollo de esa nación sudamericana. 

 

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El presidente interino Juan Guaidó anunció el viernes 29 de marzo de 2019 que en los próximos días recibirá "ayuda humanitaria" internacional, tras su fallido intento de ingresar donaciones de Estados Unidos el pasado 23 de febrero.

 

La Cruz Roja comenzará en 15 días a distribuir ayuda humanitaria en Venezuela para 650.000 personas, informó la institución al advertir que no aceptará "injerencias" políticas en medio de la pugna entre el Gobierno de Nicolás Maduro y el jefe parlamentario opositor Juan Guaidó.

 

"Hoy les anunciamos que la ayuda humanitaria es un hecho y que en las próximas horas, en los próximos días, estaremos recibiendo importantes apoyos médicos para contener esta tragedia", dijo Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por más de 50 países encabezados por Washington.

 

El jefe parlamentario no precisó, sin embargo, si la asistencia llegará directamente a Venezuela o a los vecinos Colombia y Brasil, donde permanecen los cargamentos que no pudieron entrar el 23 de febrero por impedimento del gobierno de Nicolás Maduro.

 

No obstante, aseguró que "esto es resultado de la ciudadanía, de la presión, de la exigencia", dando a entender que el acceso estaría garantizado.

 

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"En las últimas horas hemos avanzado significativamente en hacer realidad este esfuerzo por salvar vidas", añadió el opositor en un video difundido en sus redes sociales.

 

Más temprano, el gobierno del presidente Maduro convocó a la prensa para cubrir el arribo, este viernes, de "medicamentos e insumos médicos descartables" provenientes de China, aliado del Ejecutivo socialista.

 

"El régimen reconoce su fracaso al aceptar la existencia de una emergencia humanitaria compleja que ellos produjeron", afirmó Guaidó, refiriéndose a la severa escasez de alimentos y medicinas en medio de la peor crisis del país petrolero en su historia moderna.

 

Refiriéndose a la "ayuda humanitaria" que él recibirá, el jefe legislativo llamó a oenegés, a la comunidad internacional y a la ciudadanía a "estar listos para ser contralores, para impedir que la ayuda humanitaria sea utilizada con fines corruptos y miserables".

 

"Debe ser un proceso limpio y transparente", sostuvo.

 

Maduro niega que en Venezuela haya una "crisis o emergencia humanitaria", como denuncian la oposición y varios gobiernos que lo desconocen como mandatario, y vincula el desabastecimiento con las sanciones de Estados Unidos para asfixiarlo económicamente y obligarlo a dejar el poder.

 

El gobernante sostiene que el ingreso de las donaciones del 23 de febrero era el pretexto para una intervención militar norteamericana.