Fracasó la primera reunión Kerry-Lavrov, pero siguen abiertas las negociaciones

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el canciller ruso, Serguei Lavrov, se separaron sin haber podido llegar a un acuerdo sobre la crisis de Ucrania durante la reunión de cinco horas que mantuvieron el domingo en París. 

 

Los jefes de las diplomacias de Washington y Moscú reconocieron que subsistían "posiciones divergentes" entre ambos países, pero aceptaron continuar sus negociaciones para alcanzar una "solución diplomática" de la crisis.

 

El encuentro, que comenzó poco antes de las 7 de la tarde y terminó pasada la medianoche, se realizó en la residencia del embajador ruso, ubicado en un aristocrático distrito de París.

 

El aparente fracaso de las conversaciones no desalentaron a miembros de las dos delegaciones. Diplomáticos de los dos países dejaron entender que ambos hombres tienen un calendario de encuentros previstos para continuar las discusiones. La próxima reunión podría hacerse hacia fines de esta semana o principios de la próxima, pues Kerry tiene una agenda saturada de compromisos. El martes debe asistir a una conferencia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que fue convocada para analizar la crisis de Ucrania. Luego viajará a Argelia y Marruecos para su primera visita oficial a esos dos países.

 

Esta primera reunión de París fue organizada apresuradamente el sábado, mediante un llamado telefónico realizado por Kerry a Lavrov desde el avión que lo trasladaba de regreso a Washington, después de acompañar a Obama en su visita oficial a Arabia Saudita. El secretario de Estado modificó el plan de vuelo para dirigirse directamente a la capital francesa.

 

Los desacuerdos que enunciaron los dos jefes diplomáticos al término del encuentro son los mismos que provocaron la crisis, pero los expertos consideran como un hecho positivo que Estados Unidos y Rusia hayan comenzado a hablar de sus divergencias.

 

Kerry reiteró que, cuando llegue la hora de concretar una solución, las autoridades de Ucrania deben estar presentes en la mesa de negociaciones: "No vamos a aceptar ninguna solución en la que el gobierno legítimo [de Ucrania] no participe en las negociaciones", insistió.

 

También reafirmó que Estados Unidos considera las acciones rusas en Ucrania y la anexión de Crimea como "ilegales e ilegítimas".

 

Lavrov, por su lado, confirmó la posición de su país, favorable a una solución federal en Ucrania. "El federalismo debe ser un componente importante de las reformas constitucionales" que prevé realizar ese país.

 

La diplomacia rusa ya presentó un plan detallado en ese sentido, que está orientado  -esencialmente-  a impedir que las autoridades de Kiev impongan su política a todo el país. Moscú quiere asegurar una vigorosa forma de autonomía para las regiones del este del país, rusófilas y de lengua rusa.

 

También reclamó que el país adopte un status de "neutralidad militar", una forma de asegurarse de que no adherirá en el futuro a la Alianza Atlántica. Moscú quiere evitar de esa forma que se repita el caso de los tres países bálticos (Letonia, Lituania y Estonia), Bulgaria, la República Checa, Polonia y Rumania. Todos esos países pertenecían a la órbita soviética hasta la caída del Muro de Berlín, en 1989, y la desintegración de la URSS, en 1991.

 

El Kremlin también exige que el régimen federal reconozca el idioma ruso como una de las lenguas oficiales de Ucrania.

 

"Esas exigencias, en la práctica, constituyen un ultimátum", declaró la semana pasada el canciller interino de Ucrania, Andriy Deschytsia, tras conocer las condiciones rusas después una reunión con Lavrov la semana pasada en La Haya.

 

Kerry también expuso su preocupación por la enorme concentración de fuerzas rusas junto a las fronteras orientales de Ucrania. Moscú argumentó que esos hombres participan en maniobras militares. La OTAN calcula que hay por lo menos entre 30 mil y 50 mil hombres fuertemente armados con tanques y artillería de largo alcance, informó el sitio web El Mexicano.