Desde la salida de la escuela de la niña el día que desapreció el caso presenta fallas.
Mientras la indignación en México por el asesinato de la niña Fátima Aldrighett va en aumento, el reparto de culpas entre autoridades por el crimen sigue moviéndose de un lado para otro.
Este miércoles las autoridades dieron un primer paso en las investigaciones al identificar a dos personas, Gladis Giovana Cruz Hernández y Mario Alberto Reyes Nájera, como los sospechosos de haber cometido la "sustracción ilegal" de la menor.
Horas después de la identificación, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, confirmó a través de Twitter su detención.
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La pequeña de 7 años fue encontrada sin vida el 15 de febrero, con huellas visibles de violencia, a unos 3 kilómetros de la escuela de la que desapareció cuatro días antes en el sureste de Ciudad de México.
La menor había asistido a clases y, como todas las tardes, iba a ser recogida por su madre en la puerta de la primaria Enrique C. Rebsamen, en la alcaldía Xochimilco.
En lugar de eso, fue entregada indebidamente a una mujer, presuntamente Cruz Hernández, que no estaba autorizada para llevársela. Y los errores en la investigación tras su desaparición también pusieron en evidencia las fallas de las autoridades de justicia.
"Hay una cadena de negligencias en instituciones. Para poder cambiarla, tenemos que saber la verdad, desde el principio hasta el final", admitió el lunes la alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
A esto se suman las denuncias de maltrato hacia Fátima que las autoridades de protección infantil conocieron desde hace varios años.
La necropsia que realizó la Fiscalía General de Justicia de Ciudad de México reveló además que la niña antes de morir sufrió abuso sexual y golpes, confirmó este martes la fiscal Ernestina Godoy.
Se confirmó además que se ubicó un domicilio en la alcaldía de Xochimilco donde pudo haber estado la sospechosa con la niña.
Autoridades de diversas instituciones han explicado qué es lo que han hecho, pero el reclamo de justicia ha arrojado luz sobre cómo su actuar fue, en el menor de los casos y especialmente al principio, omiso.
1. La entrega de la niña
Fátima Aldrighett cursaba el primer año de primaria en el turno vespertino de la escuela primaria Enrique C. Rebsamen, ubicada en el barrio Santiago Tulyehualco, en el sureste de Ciudad de México.
Lo usual era que su madre, María Magdalena Anthon, fuera a recogerla para llevarla a casa. Pero el martes 11 de febrero tuvo un retraso que le impidió llegar a las 18:30 horas, cuando su hija salía de clases.
Las versiones de qué pasó después han variado desde el fin de semana.
Los primeros reportes decían que la niña estaba afuera de su escuela, esperando a su madre, y entonces fue tomada por un hombre. Luego se determinó a través de videos de vigilancia de las calles que en realidad quien se la llevó fue una mujer, probablemente Cruz Hernández.
Pero la alcaldesa Sheinbaum y el jefe de los servicios de Educación Pública en Ciudad de México, Luis Ernesto Fernández, dijeron este martes que la niña no estuvo en la calle esperando a su madre, sino que fue entregada a un adulto, en este caso la mujer detenida como sospechosa.
El lunes, Fernández dijo que investigarían cuál fue la actuación de las autoridades de la escuela, que entregaron a la menor a alguien no autorizado, pues las normas dictan que hay una tolerancia de 20 minutos para que un alumno sea recogido tras la salida, o de lo contrario debe ser custodiado a una fiscalía.
"El menor tiene que ser llevado a la agencia del Ministerio Público y estar acompañado en todo momento por autoridades del plantel. La obligación de los directivos y maestros es entregar a la niña o niño a alguien acreditado y en ningún momento se deja al niño afuera de la escuela", recordó el funcionario.
Profesores y directivos han denunciado que en la práctica eso no es lo que se realiza.
El director del colegio, Telosforo Flores, declaró que hizo "todo lo que estuvo a su alcance" en este caso. Sin embargo, fue separado de su cargo mientras se realizan las investigaciones.
2. La investigación tras la denuncia
Sheinbaum explicó el lunes que la cadena de negligencias "tiene que ver desde la escuela y la primera denuncia", pero también involucra a los ministerios públicos y la Fiscalía General, y cómo se afrontó el caso.
Para la alcaldesa, los errores deben identificarse "desde el momento en que ocurre (la desaparición) hasta el momento en que se encuentra el cuerpo de Fátima".
La familia acudió a una fiscalía regional para denunciar la desaparición, pero presuntamente -esto está bajo investigación- fueron informados que debían pasar 72 horas para investigar el caso.
El peregrinaje de los denunciantes los llevó hasta la Fiscalía Especializada en Búsqueda, Localización e Investigación de Personas Desaparecidas, donde finalmente se emitió una alerta Amber con la foto y los datos de la niña.
La ficha de desaparición, sin embargo, no fue compartida en las principales redes sociales de las instituciones de Ciudad de México. La familia imprimió y distribuyó copias por su cuenta en la zona.
"No es posible que hayan pasado tantos días y que la familia haya sido la que haya dado las pistas, que haya tenido que dar todo el trabajo para que se encontrara hoy a Fátima. No es posible que se hayan perdido horas fundamentales para dar con ella. Fátima pudo haber sido encontrada con vida pero nadie nos hizo caso", dijo Sonia López, tía de la niña.
La fiscal general Ernestina Godoy informó que habrá una "investigación detallada" de cómo procedieron las diversas autoridades al recibir la denuncia de desaparición de Fátima. Hasta este martes se tenían identificados de 10 a 12 funcionarios.
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En tanto, Sheinbaum anunció el martes que a partir de entonces la alerta Amber será activada inmediatamente tras detectarse la desaparición de una menor, incluso desde la escuela, como en este caso.
3. Las denuncias de maltratos
El Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Ciudad de México, una institución de servicio social, informó el lunes que desde hace 5 años había recibido dos denuncias por malos tratos sobre Fátima Aldrighett.
El primer reporte, de noviembre de 2015, fue interpuesto por "un cercano a la familia" para denunciar "problemas en el círculo familiar, descuido y maltrato emocional hacia un niño y dos niñas, una de ellas de iniciales F.C.A.A., que entonces tenía 2 años de edad".
Trabajadoras sociales realizaron una intervención con la niña y la madre el mismo mes, según un comunicado del DIF CDMX, y se dio por cerrado el caso en febrero de 2016.
En la denuncia de julio de 2017, Sonia López -la tía de la menor- volvió a reportar "que existía descuido y negligencia generado por la progenitora y padrastro, y solicitó orientación para el proceso de guarda y custodia de sus sobrinos".
El DIF asegura que le proporcionaron la información solicitada y después de eso no hubo más comunicación.
"Había un problema de salud mental (en el entorno familiar) y no se le dio la atención, es algo que ya se había reportado, que ya habíamos pedido (…) Fátima estuvo en una situación muy vulnerable de la que alguien se aprovechó", le dijo López a la prensa el lunes.
Vecinos entrevistados por el portal Animal Político dijeron que no era evidente algún problema de salud mental de la madre de la niña, María Magdalena Anthon, pero sí que su temperamento era inestable: "Parecía que tenía un problema de nervios".
La publicación de esta información por parte del DIF también fue criticada en redes sociales, pues algunos consideraron que era información que revictimizaba a la familia y a la menor.
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¿Qué más se sabe del caso?
El cuerpo sin vida de Fátima fue encontrado tras una denuncia ciudadana en un terreno baldío ubicado a unos 3 kilómetros de la escuela el 15 de febrero, cuatro días después de que familiares y vecinos comenzaron a buscarla.
Cámaras de seguridad pública y de vigilancia privada han mostrado que la mujer, presuntamente Cruz Hernández, se llevó a Fátima de la escuela tomada de la mano y caminó con la niña por varias calles de la zona.
María Magdalena Antón, la madre de Fátima, reconoció después que conocía a la sospechosa. Incluso la albergó en su casa unos días a finales del año pasado.
"Al parecer ella estaba huyendo de su marido, porque la había querido golpear y quemar. Le dije: "Bueno, ok, no te preocupes. Vente a mi casa'", dijo Antón al diario Milenio.
"No se ve que sea psicópata ni que tenga la sangre tan fría ni el corazón inhumano. Ella no actúa así (...) Probablemente su marido sea el asesino, porque a ella no la creo capaz, pero pues ella también fue su cómplice. Se llevó a mi hija, ¿no? Al final de cuentas los dos tienen que pagar", declaró a Milenio.
La pareja detenida será acusada del feminicidio de Fátima, un delito que de comprobarse podría llevarlos a una sentencia de más de 60 años de prisión.
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