Familias migrantes sacan a los niños de las escuelas de Nueva York por miedo a redadas
La pasada madrugada, fue la propia secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, quien dirigió en persona la primera redada en la Gran Manzana, en el barrio de Bronx.
- Fotografía tomada de la red social X de la cuenta @Sec_Noem, que muestra a la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, hablando con agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) durante un operativo este 28 de enero de 2025, en Nueva York (EE. UU.).( )
El miedo se ha apoderado de los migrantes en Nueva York, y muchos han optado por sacar a sus hijos de la escuela ante el riesgo de ser arrestados en su camino de ida o regreso a las clases en algunas de las redadas prometidas por Donald Trump y que ya han comenzado a materializarse en la ciudad.
La pasada madrugada, fue la propia secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, quien dirigió en persona la primera redada en la Gran Manzana, en el barrio de Bronx, que se concretó con la detención de un individuo acusado de secuestro, asalto y robo.
“Seguiremos eliminando de nuestras calles a este tipo de basura”.
Escribió la secretaria de Seguridad Nacional en su cuenta de X, dando el tono del nuevo espíritu de la Administración Trump.
En los hoteles convertidos en albergues para las familias más vulnerables, aquellas con niños o con discapacitados, el miedo se palpa en el ambiente y no se habla de otra cosa.
“Con tantas noticias de que se iban a meter en las escuelas, en las iglesias, que iban a ir a los hospitales, un grupo de madres teníamos mucho temor por saber si los niños estarían bien”.
Eso indicó Yanira, venezolana llegada a Nueva York hace solo tres meses y con tres hijos (de 3,13 y 15 años) a su cargo. Sus hijos llevan ya dos semanas sin acudir a la escuela.
Muchos rumores sobre redadas indiscriminadas
Desde otro albergue en el sur de Manhattan, la ecuatoriana Angelita, con dos niños a su cargo, también sacó de la escuela a su hijo de siete años, pero hoy lo volvió a enviar para ocuparse de un bebé de cinco meses. Asegura que todas las madres a su alrededor han sacado también a sus hijos de la escuela.
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A la preocupación por las redadas se suma otra más concreta: notificaron a Angelita que el 9 de marzo los cuatro miembros de su familia deben abandonar el albergue que ocupan desde hace un año, y no tienen a dónde ir.
“Mi esposo ha conseguido un trabajo de mecánico, aunque está sin papeles, pero lo poquito que gana no nos da para alquilar en Nueva York”.
Mensajes como el recibido por Angelita son ya frecuentes, y de hecho cuenta que el albergue se ha ido vaciando en los últimos meses: algunos se han ido con familiares ante el temor de que agentes de inmigración realicen una redada en el mismo albergue.
En los albergues, desde hace dos años, la estampa normal era ver largas colas de padres con niños yendo a la escuela a primera hora, o regresando a las 3 de la tarde, pero el paisaje ha cambiado desde la toma de posesión de Trump.
Se estima que 48 000 niños (la gran mayoría latinos) han entrado al sistema de escuelas públicas de Nueva York desde el 2022, según un diario local.
El Departamento de Educación de Nueva York, consciente del clima de terror que se vive entre los migrantes, ha distribuido en algunas escuelas unos pasquines en inglés y en español en los que se dan consejos concretos a las familias si el ICE (servicio de control migratorio) llama a una casa:
“No abra la puerta, permanezca en silencio, no firme (nada), denuncie la redada y defiéndase con abogados”.
Aunque el alcalde Eric Adams asegura que solo cooperarán con agentes de inmigración en su intento de capturar a migrantes con antecedentes criminales, su reunión con el nuevo zar de la frontera, Tom Homan, y con el propio Donald Trump, ha caído como un balde de agua fría entre los migrantes y sus defensores.
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