18 dic 2024 , 18:31

Suecia permitirá a la policía vigilar comunicaciones de los menores de edad para combatir violencia de pandillas

El gobierno busca monitorear llamadas y mensajes de niños menores de 15 años, utilizados como sicarios en conflictos por tráfico de drogas.

   

El gobierno sueco anunció este miércoles 18 de diciembre una propuesta para permitir a la policía monitorear las comunicaciones telefónicas y electrónicas de menores de 15 años, con el objetivo de combatir el incremento de la violencia vinculada a pandillas.

La iniciativa surge en respuesta a un alarmante aumento de tiroteos y ataques en el país, atribuidos a ajustes de cuentas entre grupos criminales que luchan por el control del tráfico de drogas. Según las autoridades, los pandilleros suelen reclutar a adolescentes, e incluso niños, como sicarios debido a que estos no han alcanzado la edad de responsabilidad penal, fijada en Suecia en los 15 años.

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"Hoy en día, estas redes reclutan a niños de 10 y 11 años", explicó Gunnar Strommer, ministro de Justicia, durante una rueda de prensa. Añadió que armas y explosivos son manipulados por menores de apenas 12 o 13 años, mientras que jóvenes de 14 y 15 años están involucrados en delitos graves como tiroteos.

La investigación que respalda la propuesta fue realizada por Gunnel Lindberg, experta en legislación, y plantea una modificación legal que permita a las fuerzas del orden realizar escuchas telefónicas y electrónicas en casos específicos.

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Este monitoreo será aplicable únicamente en el contexto de investigaciones abiertas por delitos graves castigados con penas de al menos cuatro años de cárcel o relacionados con terrorismo. Además, se exigirá un mayor grado de sospecha en comparación con los casos que involucran a adultos.

En el caso de sospechosos mayores de 15 años, los delitos investigados deben estar penados con al menos dos años de prisión para justificar estas medidas.

En lo que va de 2023, Suecia ha registrado 53 muertes por tiroteos, una cifra récord. Estos actos violentos son cada vez más frecuentes en espacios públicos, lo que ha encendido las alarmas en las autoridades y la sociedad.

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