Serbia busca diálogo con estudiantes tras protestas por la tragedia de Novi Sad

El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, ha cambiado su tono hacia las protestas estudiantiles que han sacudido al país en las últimas semanas. Tras un periodo de críticas hacia los manifestantes, a quienes previamente acusó de ser manipulados por agentes extranjeros, Vucic ahora ha optado por buscar un diálogo y ofrecer concesiones a los universitarios que lideran las manifestaciones.

Las protestas estallaron tras el colapso de una estación de tren en Novi Sad el pasado 1 de noviembre, un incidente que dejó 15 muertos y ha suscitado serias preocupaciones sobre la corrupción y la falta de transparencia en la ejecución de las obras públicas.

El Gobierno serbio enfrenta un clima de tensión social marcado por una ola de manifestaciones ciudadanas, en las que los estudiantes universitarios se han destacado como los principales líderes.

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Exigen transparencia total sobre los contratos de reconstrucción de la estación de trenes en Novi Sad, que fueron adjudicados a una empresa china, así como la investigación de los casos de espionaje y agresiones a los participantes en las protestas.

Vucic, en un discurso televisado, afirmó que ya se han publicado 925 documentos relacionados con las obras y que se están tomando medidas para cumplir con las demandas de los estudiantes.

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A pesar de los anuncios del presidente, los manifestantes consideran que las respuestas del Gobierno son insuficientes. Este lunes, miles de estudiantes bloquearon el tránsito en el importante cruce de Autokomanda en Belgrado, interrumpiendo el tráfico hacia Novi Sad.

Los jóvenes corearon consignas como "No nos van a pisotear" y desplegaron una pancarta que decía "Toca el claxon por los estudiantes", demostrando su determinación en mantener la presión sobre las autoridades. La protesta incluyó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la tragedia de Novi Sad, evidenciando la gravedad de sus reclamos.

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El presidente Vucic, en respuesta a los bloqueos, calificó la manifestación de "ilegal" y exhortó a la policía a mantener el orden público. Asimismo, anunció que se dirigirá al país junto con la presidenta del Parlamento, Ana Brnabic, y el primer ministro, Milos Vucevic, para abordar las recientes tensiones.

Las autoridades han iniciado investigaciones judiciales y se han presentado acusaciones contra 13 personas involucradas en el proyecto de reconstrucción, mientras que dos ministros del Gobierno han renunciado.

El Gobierno serbio ha prometido cumplir con las demandas estudiantiles en los próximos días. Vucic indicó que se aumentará en un 20 % el presupuesto para la educación superior y que se revisarán los casos de agresiones a manifestantes.

Sin embargo, los líderes estudiantiles han dejado claro que no solo buscan la publicación de documentos, sino también una acción judicial efectiva que sancione a los responsables de la tragedia y de la supuesta corrupción asociada al proyecto.

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Los analistas observan que la situación en Serbia refleja una creciente demanda por transparencia y justicia en la gestión pública, en un contexto de descontento social. Las protestas han puesto en entredicho la imagen de un Gobierno que enfrenta críticas tanto internas como externas.

Las próximas semanas serán clave para determinar si el llamado al diálogo del presidente Vucic logra tranquilizar a la población o si las manifestaciones se intensificarán.