El clima y la legislación favorable convierten al país en un referente para este sector en pleno crecimiento, pero persisten desafíos para los pacientes locales.
En el sureste de Portugal, la región de Serpa se ha convertido en un epicentro del cultivo de cannabis con fines medicinales. Rodeada de colinas tranquilas salpicadas de olivos y alcornoques, una plantación al aire libre de 5,4 hectáreas produce 30 toneladas de cogollos al año, gracias a las condiciones climáticas ideales y los costos energéticos reducidos que ofrece el cultivo a cielo abierto.
José Martins, agrónomo responsable del proyecto, destaca que ningún otro país europeo puede igualar las ventajas medioambientales que tiene Portugal para este tipo de producción.
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Empresas farmacéuticas nacionales e internacionales han encontrado en Portugal un terreno fértil para desarrollar el mercado del cannabis medicinal. Entre estas, FAI Therapeutics, creada en 2022, y Tilray, una multinacional canadiense, han liderado la producción y exportación de derivados de cannabis hacia mercados clave en Europa, América Latina y Australia.
La legislación implementada en 2019 ha permitido que más de 60 empresas operen legalmente en el país, mientras otras 170 esperan autorización. Este marco regulatorio ha posicionado a Portugal como un referente en la industria, asegurando altos estándares de calidad y seguridad.
El mercado global del cannabis medicinal está en plena expansión. Según estimaciones, este sector alcanzará un valor superior a los USD 65 000 millones de dólares en 2030, con Europa desempeñando un papel clave.
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Desafíos presentes y casos reales
En 2023, Portugal exportó cerca de 12 toneladas de productos medicinales derivados del cannabis, teniendo el potencial de aumentar significativamente su participación en este mercado. No obstante, las empresas enfrentan desafíos relacionados con la estigmatización del cannabis y la falta de conocimiento en el cuerpo médico, lo que limita el acceso de los pacientes locales a estas terapias.
Lara Silva, madre de una niña con epilepsia severa, ejemplifica las dificultades de los pacientes portugueses. Aunque ha encontrado mejoras notables en la salud de su hija al utilizar CBD, uno de los derivados del cannabis, ha tenido que importar los productos desde España debido a la limitada disponibilidad en Portugal.
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Esta situación refleja una desconexión entre el avance de la industria y el acceso a tratamientos, ya que el cannabis medicinal no está cubierto por la seguridad social y aún es recetado por pocos especialistas.
Pese a estos desafíos, los expertos señalan que la percepción del cannabis medicinal está cambiando en Portugal y en el resto de Europa. José Tempero, director médico de Tilray, observa una aceptación creciente del uso terapéutico del cannabis, más allá de su uso recreativo.
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Con una demanda internacional en aumento y un marco legal robusto, Portugal tiene todas las condiciones para consolidarse como líder europeo en la producción y exportación de cannabis medicinal, aunque todavía queda trabajo por hacer para que sus propios ciudadanos puedan beneficiarse plenamente de esta industria en expansión.
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