La presencia masiva de asistentes de todo el mundo podría repuntar el número de casos de dengue.
A medida que se acerca la fecha de los Juegos Olímpicos de París 2024, una nueva preocupación sanitaria ha captado la atención de las autoridades: el dengue, una enfermedad que hasta hace poco se consideraba ajena a Europa. Originada por la picadura de mosquitos, especialmente del mosquito tigre (Aedes albopictus), el dengue ha comenzado a establecerse en algunas regiones del continente, desafiando la percepción previa de que era exclusiva de áreas tropicales.
El mosquito tigre, llamado así por su cuerpo con rayas blancas y negras, ha encontrado en el clima mediterráneo condiciones propicias para su propagación, debido al aumento de las temperaturas, consecuencia del cambio climático. Esto ha resultado en un aumento de los casos autóctonos en países como Italia, España y Francia, donde la transmisión local del virus ha sido documentada, incluso en la región de París, desde el año anterior.
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El contexto global también influye en esta preocupación localizada. En América Latina, por ejemplo, los casos de dengue han alcanzado cifras récord en 2024, con más de cinco millones de personas afectadas hasta la fecha. El aumento de la movilidad internacional y los efectos del cambio climático han contribuido significativamente a la expansión de los mosquitos transmisores y, por consiguiente, de enfermedades como el dengue, el chikungunya y el zika.
Ante este panorama, los epidemiólogos y especialistas en salud pública instan a reforzar la vigilancia epidemiológica y las medidas de control. Es fundamental mejorar el diagnóstico temprano del dengue para evitar la transmisión inadvertida, especialmente durante eventos de gran escala como los Juegos Olímpicos, que esperan atraer a más de 15 millones de visitantes internacionales a la capital francesa.
Además, se destaca la importancia de la cooperación internacional y la implementación de estrategias de prevención comunes para mitigar el riesgo de propagación del virus durante y después del evento deportivo. Medidas como la fumigación, la eliminación de criaderos de mosquitos y la promoción de prácticas personales de protección contra picaduras (uso de repelente, manga larga, etc.) son esenciales para minimizar el impacto potencial del dengue en la salud pública europea.
Así, mientras París se prepara para recibir a atletas y espectadores de todo el mundo, las autoridades sanitarias se enfrentan a un desafío inesperado, que es el de proteger la salud pública frente a una enfermedad emergente en el contexto europeo. La respuesta coordinada y proactiva será clave para garantizar un entorno seguro y saludable durante los Juegos Olímpicos y después del evento.
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