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Tras asegurarse la mayoría en la Cámara de Representantes, los republicanos consolidan su poder en el Congreso, permitiendo que Trump avance su agenda política y de gobierno sin mayores restricciones.
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Los principales líderes republicanos en el Congreso hablan en una conferencia de prensa posterior a las elecciones afuera del Capitolio de los EE. UU. en Washington, DC( )
Según una proyección de CNN, los republicanos han asegurado su dominio en Washington tras las elecciones legislativas de la semana pasada, revalidando su mayoría en la Cámara de Representantes y consolidando su control sobre el Congreso.
Con esta victoria, Donald Trump tiene ahora el camino libre para implementar una agenda que podría transformar profundamente a EE.UU. Entre sus planes destacan radicales recortes de impuestos, una línea dura en temas de inmigración y un cambio en la dirección de la política interna y exterior del país.
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El dominio republicano no solo se extiende al Congreso; también podría alcanzar la Corte Suprema, ya que Trump podría reemplazar a jueces mayores, reforzando la mayoría conservadora hasta mediados de siglo. Junto a un gabinete de gobierno compuesto principalmente por leales, el presidente electo planea implementar en sus primeros 100 días medidas agresivas, especialmente en temas clave como economía e inmigración
El presidente de la Cámara, Mike Johnson, es también una figura clave en este nuevo orden, pues debe lidiar con una mayoría republicana en la Cámara caracterizada por el caos y las divisiones internas. Su liderazgo enfrentará la prueba de unir al partido, especialmente cuando cualquier miembro puede desafiar sus decisiones.
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Por otro lado, los demócratas habían esperado un mejor resultado en la Cámara, que representara un contrapeso al poder de Trump, especialmente en distritos de estados como Nueva York y California, ganados por Biden en las elecciones pasadas. Sin embargo, los resultados recientes les dejan en la difícil posición de reorganizarse de cara a las elecciones de medio término en 2026, sin un punto de poder significativo en Washington para enfrentar las políticas del gobierno entrante.
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