Trump promete imponer aranceles a productos de China, México y Canadá desde el primer día de su mandato

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, prometió el lunes 25 de noviembre un aumento a los aranceles de todos los productos provenientes de México, Canadá y China desde el primer día de su gobierno.

La medida será en represalia por la creciente ola masiva de inmigración ilegal y el tráfico de drogas que llegan al país, lo que podría aumentar drásticamente los costes para las empresas y los consumidores estadounidenses.

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Trump dijo que los vecinos de Estados Unidos pueden “resolver fácilmente este problema que lleva tiempo latente”.

De manera similar, Trump asegura que China enfrentará aranceles más altos en un 10% por encima de cualquier arancel existente sobre sus productos hasta que impida el flujo de drogas ilegales hacia los Estados Unidos.

El presidente electo afirmó en la publicación que las autoridades chinas le prometieron que el país ejecutaría a todos los traficantes de drogas que fueran descubiertos canalizando drogas hacia territorio estadounidense, pero “nunca cumplieron”.

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Por su parte, la embajada de China en Washington, respondió a los dichos del presidente electo asegurando que “nadie ganará en una guerra comercial”.

La principal importación de Estados Unidos desde Canadá es el petróleo, que alcanzó la cifra récord de 4,3 millones de barriles diarios en julio, según la Administración de Información Energética estadounidense.

Mientras que la mayoría de sus coches y piezas de automóviles proviene de México, que superó a China como principal exportador a Estados Unidos en 2023, según datos comerciales publicados por el Departamento de Comercio a principios de este año.

Estados Unidos importa de China una cantidad importante de productos electrónicos, además de maquinaria, juguetes, juegos, material deportivo, muebles y plásticos.

Trump hizo campaña con el argumento de que los aranceles son un arma contra países extranjeros para desarrollar la industria nacional y aumentar los ingresos fiscales para pagar las grandes brechas de ingresos que su propuesta de plan de recortes impositivos crearía.

Aunque Trump ha dicho repetidamente que los países extranjeros afectados son los que pagan los aranceles, en realidad son las empresas que compran los bienes importados los que cancelan el valor, y esos costos se ven reflejados en los consumidores estadounidenses.

La mayoría de los economistas convencionales creen que los aranceles serán inflacionarios, y el Instituto Peterson de Economía Internacional ha estimado que los aranceles propuestos por Trump costarían al hogar estadounidense más de USD 2 600 dólares al año.