Trump promete una guerra de aranceles para proteger la economía estadounidense
En su discurso de investidura, el presidente prometió reformas comerciales drásticas y la creación de un sistema de recaudación para imponer aranceles a las importaciones, generando reacciones globales.
- El presidente de EEUU, Donald Trump, pronuncia un discurso en el Salón de la Emancipación durante las ceremonias de investidura en el Capitolio de EEUU en Washington, DC, el 20 de enero de 2025.( )
En su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump centró su discurso de investidura en la protección económica de Estados Unidos. Anunció la implementación inmediata de aranceles e impuestos dirigidos a las importaciones de países extranjeros, argumentando que estas medidas están diseñadas para enriquecer a los ciudadanos estadounidenses en lugar de beneficiar a otros países.
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Un discurso nacionalista con promesas comerciales contundentes
Trump reiteró su compromiso con la reforma del sistema de comercio, un eje clave de su campaña electoral. Según el mandatario, estas políticas buscarán defender a los trabajadores estadounidenses y a sus familias frente a las prácticas comerciales que, según él, han dañado la economía del país en el pasado.
El presidente también presentó iniciativas como la creación del Servicio de Ingresos Externos, un organismo que será responsable de recaudar los aranceles y los impuestos de importación, y el Departamento de Eficiencia Gubernamental, cuyo objetivo será reducir los gastos federales y equilibrar las finanzas públicas.
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Consecuencias y tensiones globales
Las medidas propuestas por Trump ya están generando preocupación tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Países como Canadá y México, socios clave en el T-MEC, han sido señalados por el presidente como principales objetivos de los nuevos aranceles. Trump afirmó que si estas naciones no toman medidas concretas contra el tráfico de fentanilo y la inmigración irregular, se aplicará un gravamen del 25% a sus exportaciones hacia Estados Unidos.
China tampoco ha quedado fuera del foco de las políticas arancelarias. Trump prometió imponer un arancel adicional del 10% a los productos chinos, en una clara señal de presión sobre Pekín en temas de comercio y seguridad.
Estas decisiones podrían desatar una guerra comercial de proporciones históricas, como advirtió la ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, quien afirmó que las tarifas dañarán tanto a los consumidores estadounidenses como a la economía canadiense.
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Trump descarta un impacto en la economía estadounidense
Aunque Trump y sus asesores descartan que las medidas tengan un impacto inflacionario significativo, los expertos consideran que las represalias comerciales por parte de los países afectados podrían perjudicar gravemente las exportaciones estadounidenses.
Además, el mandatario ha amenazado con aranceles del 100% a los países del bloque BRICS si intentan desafiar el dominio del dólar estadounidense en el comercio global.
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El nuevo gobierno planea mitigar el posible impacto económico a través de reducciones de impuestos para los productos fabricados en Estados Unidos y medidas de emergencia para contener el costo de vida. Sin embargo, la incertidumbre persiste sobre el alcance real de estas políticas y sus efectos a largo plazo en la economía global.
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