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El presidente electo de Estados Unidos apuesta por abrir canales de diálogo con China mientras promete mantener los intereses de EE. UU. como prioridad.
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Foto de archivo del presidente de China, Xi Jinping. EFE/ Andressa Anholete( )
Donald Trump ha extendido una invitación histórica al presidente de China, Xi Jinping, para asistir a su investidura el 20 de enero de 2025 como nuevo presidente de los Estados Unidos.
Esta decisión, confirmada por la próxima portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, busca fomentar un diálogo directo con líderes de potencias globales, incluso aquellas consideradas adversarias o competidoras.
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"Trump demuestra cómo abrirá canales de comunicación con aliados y rivales, siempre priorizando los intereses estadounidenses", afirmó Leavitt en una entrevista
Aunque Xi Jinping no ha confirmado su asistencia, de aceptar, sería el primer líder extranjero en presenciar una investidura presidencial estadounidense desde 1874.
El contexto de esta invitación es tenso: las relaciones entre ambas naciones han estado marcadas por conflictos comerciales, sanciones tecnológicas y restricciones bilaterales. Durante su primer mandato, Trump inició una guerra comercial contra China, imponiendo aranceles que prometió endurecer en su reciente campaña electoral.
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Por su parte, Xi Jinping ha expresado su deseo de estabilizar las relaciones bilaterales y llamó esta semana a buscar un camino "estable, saludable y sostenible" entre ambas potencias, advirtiendo que en las guerras comerciales o tecnológicas "no hay ganadores".
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