25 mar 2025 , 17:13

La evidencia que usa el Gobierno de Trump para deportar a migrantes

El gobierno estadounidense ha empleado pruebas cuestionables en sus esfuerzos por deportar a migrantes, generando controversia y acusaciones de violaciones a derechos civiles.

   

El Gobierno de Donald Trump ha utilizado diversos tipos de evidencia para justificar la deportación de migrantes, incluyendo tatuajes, volantes pro-Hamas y fotos eliminadas. Estas pruebas se han presentado en casos de deportación de venezolanos, activistas políticos y hasta médicos, provocando un creciente debate sobre las garantías de debido proceso en los procedimientos migratorios.

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Los abogados de inmigración y defensores de los derechos civiles han señalado que este tipo de pruebas son insuficientes y muchas veces erróneas, lo que pone en peligro los derechos fundamentales de los migrantes.

Tatuajes como prueba de pertenencia a pandillas

Uno de los elementos más controvertidos en los esfuerzos de deportación del Gobierno de Trump es el uso de tatuajes como prueba de pertenencia a pandillas. Recientemente, más de 230 venezolanos fueron deportados a El Salvador bajo la acusación de ser miembros del Tren de Aragua, una organización criminal.

Sin embargo, algunos de los deportados han afirmado que fueron erróneamente identificados debido a tatuajes que son comunes y no necesariamente asociados con pandillas.

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El Departamento de Seguridad Pública de Texas compiló una lista de tatuajes relacionados con el Tren de Aragua, que incluía símbolos como estrellas, coronas y rosas, pero también aparecieron imágenes como el logo de Nike y el número 23 de Michael Jordan, que no tienen relación con actividades criminales.

En la demanda presentada por la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), se cita el caso de un inmigrante venezolano, J.G.G., quien fue detenido y enfrentó esfuerzos de deportación debido a sus tatuajes, que incluyen una rosa y una calavera. La ACLU argumenta que estos tatuajes no están relacionados con el Tren de Aragua, pero fueron usados como evidencia para intentar deportarlo, lo que plantea serias dudas sobre la validez de este tipo de pruebas.

Volantes y fotos como justificación para la detención

Otro caso que ha generado controversia es el de Mahmoud Khalil, un activista palestino detenido por su supuesta vinculación con el grupo Hamas. Khalil, quien tenía residencia legal permanente en Estados Unidos, fue arrestado después de que las autoridades acusaran a un grupo de activistas de distribuir volantes pro-Hamas durante protestas.

Aunque no fue acusado de un delito, el gobierno de Trump argumentó que sus acciones eran un peligro para la política exterior de Estados Unidos. Los abogados de Khalil niegan las acusaciones y argumentan que su detención es una represalia por sus actividades políticas. Este caso ha puesto de manifiesto las preocupaciones sobre el uso de actividades políticas y expresión libre como fundamento para la revocación de estatus migratorio.

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La Dra. Rasha Alawieh, una médica de 34 años, fue deportada a Líbano después de que las autoridades encontraran fotos de líderes de Hezbollah en su teléfono móvil. La Dra. Alawieh explicó que borró las imágenes para evitar malentendidos sobre su apoyo a esta organización, pero el gobierno la acusó de intentar ocultar su relación con Hezbollah, un grupo designado como terrorista por Estados Unidos.

Aunque la Dra. Alawieh reconoció su simpatía por algunos de los líderes, nunca admitió ser miembro de la organización. Este caso muestra cómo el gobierno ha utilizado pruebas circunstanciales, como fotos borradas, para justificar deportaciones, sin presentar pruebas claras de actividades ilícitas.

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