El cuerpo humano responde como mecanismo de defensa a agentes externos que considera dañino.
Vivir en grandes ciudades es cómodo, diverso y muy rico culturalmente pero tiene algunas desventajas y una de ellas es la contaminación atmosférica. El denso tráfico de vehículos, las emanaciones de polvos y gases corrosivos, no solo deterioran el medio ambiente, sino también la salud humana. Dependiendo del nivel de exposición a los agentes contaminantes, así como la resistencia física de cada persona, la contaminación afectará de las siguientes maneras:
* Reacción alérgica a través de tos o estornudos, irritación de los ojos debido al ozono y partículas suspendidas, comezón en la piel y resequedad de las mucosas.
* Agotamiento físico. Cansancio, baja productividad laboral y escolar, así como sensación de pesadez, irritabilidad, insomnio, ansiedad e incluso mareos también son producto de la contaminación.
* Síntomas relacionados a enfermedades específicas, principalmente respiratorias (como cáncer bronquial y efisema pulmonar), digestivas, vasculares y cardiacas (trombosis, coágulos, infartos). Disminución de la capacidad de la sangre para transportar sustancias nutritivas y oxígeno.
Problema subestimado
La contaminación del aire es un problema que se ha subestimado. De acuerdo con la OMS, causa alrededor de 1.3 millones de muertes al año en todo el mundo, una cifra similar resulta de la contaminación del aire en interiores (por combustión de carbón o leña) que es responsable de dos millones de muertes prematuras, más de la mitad de defunciones se deben a neumonías en menores de 5 años. La mayoría de estas muertes se encuentran en países subdesarrollados.
Menos contaminación = Más vida
De acuerdo con las Guías de Calidad del aire de la OMS, una reducción de contaminación por partículas (PM10) de 70 a 20 microgramos por métro cúbico, permite reducir en un 15% las muertes relacionadas con la calidad del aire.
El máximo órgano de la salud en el mundo recomendó bajar los límites de concentración de algunos contaminantes en el aire (partículas suspendidas), ozono (O2), dióxido de nitrógeno (NO2) y dióxido de azufre (SO2), así como tomar medidas preventivas y de higiene con enfermedades que se transmiten a través del aire como infuenza y gripe.
Recordemos que, las únicas partículas capaces de penetrar hasta el sistema respiratorio son aquellas cuyo tamaño está entre 0.1 y 1.0 ?g, intervalo que abarca desde virus (como la influenza que se transmite a través de la saliva) y esporas fúngicas (contaminación por hongos), hasta células bacterianas individuales (como el caso de la tuberculosis pulmonar).
Contaminación, factor de riesgo para el cáncer
Recientemente, luego de años de estudio, la OMS declaró a la contaminación ambiental como cancerígena, principalmente de pulmón y de vejiga. Según los expertos, no existe una sustancia en particular que sea determinante sino que intervienen todos los agentes que componen la polución.
La gente respira alrededor de 10 ml de aire por día, por consiguiente, el pulmón recibe dosis significativas de muchos contaminantes del aire, desde plomo y diesel, hasta materia fecal. En conclusión la fórmula es sencilla, cuanto menor sea la contaminación atmosférica de una ciudad, mejor serpa la salud respiratoria y cardiovascular de su población a corto y mediano plazo.
Contaminación auditiva, otro problema de ciudad
El ruido es otro de los elementos dañinos de las grandes urbes y se calcula que el 80% de los citadinos padecen cierto nivel de sordera, cifra que se traduce a cuatro de cada cinco habitantes de las ciudades que no escuchan bien. Lo más grave es que las personas se acostumbran al ruido nocivo como parte de su entorno, sin saber que es un problema irreversible, en la mayoría de los casos.
¿Cómo te ha afectado a ti la contaminación?
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