"No podía creer que siguieran vivas": el emotivo reencuentro de algunos padres con sus bebés prematuros en Gaza que fueron evacuados del hospital Al Shifa
Debido al caos de la guerra y a los problemas de conectividad en Gaza, madres y padres no sabían cómo se encontraban sus pequeños
"Lloré de felicidad. No podía creer que siguieran vivas", le dice Nour al-Banna a la BBC.
Esta palestina de 31 años no puede contener las lágrimas al ver a sus hijas prematuras por primera vez en meses.
Nour pensaba que este reencuentro no iba a ocurrir nunca.
"No sabía nada de ellas desde que Gaza quedó sitiada. Ya había perdido la esperanza de que estuvieran vivas. Es un milagro".
Nour esperaba trillizos, desde mucho antes de que empezara la guerra.
Debido a ciertas complicaciones, tuvo que someterse a una cesárea de emergencia en el hospital Al Shifa, en el norte de Gaza, el 19 de septiembre, cuando solo tenía siete meses de embarazo.
Dio a luz a un niño y a dos niñas, y la enviaron a casa.
Pero, desgraciadamente, cuatro días después, su pequeño murió.
"Mis dos hijas, Leen y Layan, estaban conectadas a respiradores en la unidad neonatal del Al Shifa. Yo estaba muy deprimida por la pérdida de mi hijo y no podía ir a visitar a las niñas. Entonces empezó la guerra, las tropas israelíes entraron en el Al Shifa y se difundió la noticia de que los bebés prematuros estaban muriendo", cuenta Nour al-Banna a la BBC en una llamada telefónica.
Debido al caos de la guerra y a los problemas de conectividad en Gaza, Nour no tenía ni idea de si sus hijas estaban vivas o no.
El 19 de noviembre, 31 bebés prematuros fueron evacuados del hospital Al Shifa y llevados al hospital de los Emiratos Al Hilal, en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza. Los sacaron de las incubadoras debido a la escasez de electricidad y de combustible. Un día después, 28 bebés, entre ellos Leen y Layan, fueron trasladados a Egipto para recibir tratamiento. Algunos iban acompañados de enfermeras, y otros de sus madres.
Nour fue una de las cinco madres que viajaron con sus bebés prematuros a Egipto para recibir tratamiento. Según ella, algunos de los bebés fueron enviados al hospital Al Arish, pero otros, como las suyas, fueron enviados al hospital New Capital de El Cairo.
Previamente, el ministerio de Salud de Gaza, administrado por Hamás, había publicado en Facebook una lista de 31 bebés prematuros evacuados de Al Shifa, pidiendo a sus padres que acudieran al hospital de los Emiratos Al Hilal para identificarlos.
Nour afirma que sólo gracias a su cuñada, que es médico, supo dónde estaban sus hijas.
"Mi cuñada me dijo: 'Tus hijas aparecen en la lista con los números 1 y 30', y me puse a llorar de alegría. Había perdido la esperanza", cuenta.
Nour decidió dejar a su marido en Gaza e irse a Egipto con sus hijas. Leen y Layan están actualmente en incubadoras separadas en el hospital New Capital de El Cairo, en condición médica "estable". La madre dice que pudo identificar a sus bebés prematuras gracias a "unas pulseras que llevaban su nombre". Tenían hambre y estaban llorando.
"El médico de Rafah me dijo que venían muy mal del Al Shifa, se preguntaba cómo los médicos de allí habían conseguido salvarles la vida", explica Nour.
El doctor Mohamed Salama, jefe de la unidad neonatal del hospital de los Emiratos Al Hilal, le dijo a la BBC que 12 padres llegaron allí para identificar a sus bebés prematuros, y explicó que no todos pudieron venir porque algunos estaban "heridos o muertos o atrapados en el norte de Gaza".
A los padres que llegaron a Rafah, se les pidió que firmaran un formulario de consentimiento para que sus bebés fueran enviados a Egipto para recibir tratamiento. "Otros bebés cuyos padres no estaban presentes fueron enviados a Egipto para recibir tratamiento acompañados por enfermeras", afirma.
“Quiero tener a mi bebé frente a mis ojos”
El doctor Salama dijo que los padres de dos niños se negaron a que sus bebés fueran trasladados a Egipto para recibir tratamiento.
Warda y Ali Sebeta, madre y padre de un niño prematuro llamado Anas, fueron de los que optaron por mantener a su bebé en el hospital de los Emiratos Al Hilal.
"Me negué a enviarlo a Egipto porque no podía creer que por fin lo hubiera encontrado. Los médicos egipcios no le darán más cuidados que los que yo misma o los médicos de aquí podríamos darle. Quiero tenerlo delante de mis ojos. Me costó mucho encontrarlo", dice Warda, quien también es madre de otros siete niños.
Ali, el padre de Anas, le cuenta a la BBC que su mujer no podía dejar a sus otros hijos para acompañar al bebé a recibir tratamiento en Egipto. "Ellos (los niños) la necesitan; y como padre, no quiero enviar a mi hijo lejos otra vez. Encontrarlo fue como hallar una gota de agua en un desierto. Fue como si mi alma hubiera vuelto a mi cuerpo", dice Ali, que es profesor de ciencias.
Añade que no esperaba volver a ver a su hijo después de 45 días separados. "No me imaginaba que mi hijo estaría entre los prematuros vivos, porque dijeron que 27 prematuros murieron por falta de respiradores. Esperaba verlo para enterrarlo. Había perdido la esperanza", dijo.
Los padres de Anas, que tuvieron que huir varias veces de su casa en el norte de Gaza, viven desde el 13 de octubre en una escuela de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en la ciudad de Jan Yunis, al sur de Gaza, por lo que les resultaba difícil mantener el contacto con los médicos de Al Shifa.
"Me enteré de que los bebés estaban siendo evacuados a través de mis vecinos. No sabía si mi hijo estaba vivo. Sólo lo buscaba", cuenta Warda, que añade que tuvieron que buscar a Anas en todos los hospitales del sur hasta que les dijeron que lo habían trasladado al hospital de los Emiratos Al Hilal, en Rafah.
"Fue una sensación indescriptible cuando supe que estaba vivo. Cuando entré en el hospital, vi a muchos niños heridos, había perdido la esperanza de ver a mi hijo entre ellos. Lo busqué y, cuando lo vi, había crecido un poco y sus rasgos habían cambiado ligeramente. Di gracias a Dios de que estuviera vivo", dice.
Warda se emocionó mucho al poder tocar a su hijo por primera vez desde que nació.
"Metí mi mano dentro de la incubadora para tocar su piel. Por la mañana, el médico me permitió cargarlo, abrazarlo y besarlo", cuenta.
Anas, que es el bebé número 27 de la lista, permaneció en una incubadora, afectado por niveles bajos de hemoglobina y un virus estomacal, debido a una alimentación deficiente.
Pero su madre dice que ya está fuera del hospital y de vuelta con la familia en la escuela de refugiados de la UNRWA.
Warda añadió: "No podemos describir nuestra felicidad".
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