Elecciones EE. UU.: La batalla entre Harris y Trump sobre inmigración y control fronterizo

La inmigración es una cuestión divisiva en las últimas elecciones estadounidenses, y la contienda de 2024 no es la excepción. Kamala Harris, la actual vicepresidenta demócrata, se enfrenta al exmandatario republicano Donald Trump en una lucha por la Casa Blanca que sitúa la política migratoria y fronteriza en el centro del debate.

Los enfoques que ambos candidatos proponen, difieren radicalmente, desde la deportación masiva hasta las vías de ciudadanía para migrantes indocumentados.

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Donald Trump redobló su retórica en torno a la inmigración, prometiendo llevar a cabo la mayor deportación en la historia de Estados Unidos.

El expresidente asegura que más de 11 millones de personas que viven en el país de manera irregular serían deportadas bajo su administración. Además, planteó la posibilidad de crear campos de detención para migrantes y desplegar al Ejército para capturar a aquellos sin documentos.

Por su parte, Kamala Harris ha calificado estas propuestas como una “visión retrógrada” de Estados Unidos, aunque las cifras de deportación durante la administración de Biden, en la que ella es vicepresidenta, son elevadas.

Se espera que el número de deportaciones al final del mandato de Biden supere los 1,5 millones, cifra que sobrepasaría incluso la de la administración Trump.

Una de las propuestas más controversiales de Trump es su intención de firmar una orden ejecutiva para retirar el derecho a la ciudadanía a los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en Estados Unidos, algo que contradice la Constitución.

Además, durante su presidencia, intentó acabar con el programa DACA, que otorga protección a los ‘dreamers’, aunque fracasó en los tribunales.

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Harris, quien junto a Biden prometió en 2020 una reforma migratoria integral que incluyera un camino a la ciudadanía para los ‘dreamers’, ha reconocido que esta promesa no se ha cumplido, en gran parte debido a la falta de consenso en el Congreso.

Aun así, su campaña actual sigue planteando la necesidad de una reforma migratoria, aunque con menos énfasis en una solución inmediata.

El gobierno de Biden y Harris ha creado programas temporales como el “parole humanitario”, que otorga permisos de estadía por dos años a ciudadanos de países como Venezuela, Cuba, Nicaragua y Haití. Este programa ha permitido que más de medio millón de personas ingresen a Estados Unidos de manera legal.

Asimismo, el gobierno amplió el Estatus de Protección Temporal (TPS) para ciertos ciudadanos de países en crisis, como Afganistán y Ucrania.

Trump ha criticado duramente estas políticas, prometiendo acabar con el “parole humanitario” y oponiéndose al TPS. Durante su mandato, ya había intentado eliminar este estatus y restringir la entrada al país de personas provenientes de varios países musulmanes, una medida que planea reinstaurar si gana las elecciones.

En cuanto a la frontera sur, Trump promete retomar la construcción del muro con México, una de sus promesas insignia de la campaña de 2016.

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También quiere restaurar políticas como el Título 42, que durante la pandemia permitió la expulsión inmediata de quienes cruzaban la frontera de manera irregular, y el programa “Permanecer en México”, que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar su proceso en territorio mexicano.

Por otro lado, Harris y la administración de Biden han mantenido el Título 42 por más de dos años y lo han reemplazado por nuevas restricciones que limitan la posibilidad de solicitar asilo a quienes cruzan de manera irregular. Como candidata, Harris ha defendido estas medidas y ha expresado su intención de convertirlas en ley.