Otra persona resultó herida.
Un grupo de hombres armados irrumpió el jueves en una playa del Caribe mexicano llena de hoteles y ejecutó a dos presuntos narcotraficantes de una banda rival, sembrando el pánico entre los turistas que vacacionaban en esa área de la localidad de Puerto Morelos, al sur de Cancún, informaron autoridades. Una persona resultó herida.
Aparentemente los fallecidos habían llegado por la mañana con varias personas más a la playa Bahía Petempich, situada junto a dos hoteles de lujo, el Azul Beach Resort y el Hyatt Ziva Riviera Cancún, alegando que ese era su nuevo territorio para la distribución de droga, indicó la Fiscalía del estado de Quintana Roo en un comunicado el jueves por la noche.
Poco después de las 2 de la tarde, unas 15 personas ingresaron a la playa y se dirigieron a los dos individuos, aparentemente de la banda contraria. A uno de ellos lo capturaron y lo ejecutaron allí mismo, mientras que otro que corrió hacia el interior de un hotel fue asesinado dentro de ese establecimiento, agrega el texto.
Una persona resultó herida “con lesiones que no representan un riesgo para su vida” y fue trasladada al hospital, añade la nota de la fiscalía, que no aclara si se trata de un turista o no.
En una transmisión vía Facebook, el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, explicó que los atacantes eran “personas armadas, encapuchadas llegando por el mar", y garantizó que se trabaja para "generar los esquemas de seguridad que se requieren”.
Imágenes divulgadas en redes sociales mostraban el miedo que se apoderó de los turistas de los hoteles, los cuales se amontonaban en los establecimientos sin saber exactamente qué hacer ni qué había pasado.
Una empleada que contestó el teléfono del hotel Azul Beach Resort indicó, sin identificarse, que la balacera se dio en la playa y que los encargados del establecimiento estaban revisando distintas zonas del hotel y comprobando si los huéspedes se encontraban bien.
Algunas de las imágenes fueron publicadas en Twitter por Mike Sington, aparentemente huésped de uno de los hoteles, quien narró cómo personas que estaban jugando voleibol en la playa salieron corriendo cuando vieron llegar a un hombre disparando.
“Todos corrieron desde la playa y las piscinas. El personal nos empujó a habitaciones escondidas detrás de las cocinas”, escribió. “Nunca había estado tan asustado, literalmente temblando... Ahora estoy bien, atrincherado en mi habitación del hotel”, dijo un poco más tarde.
En otro de los vídeos se escucha decir en inglés, aparentemente a algún encargado del hotel, que los atacantes habían sido aprehendidos.
Horas después, la playa estaba vacía, salvo por algunos policías que patrullaban.
Los tiroteos del jueves fueron el capítulo más reciente de la violencia entre grupos del crimen organizado en una de las zonas más turísticas del país y antaño tranquila.
Hace dos semanas otra balacera en la localidad de Tulum, al sur de Puerto Morelos, dejó dos turistas extranjeras fallecidas: una bloguera de California nacida en la India y otra de origen alemán. En ese caso también parece que se trató de una disputa entre bandas que venden droga en la calle, y las turistas quedaron en medio del fuego cruzado mientras cenaban.
En ese incidente, ocurrido en una vialidad llamativa llena de bares y restaurantes, otros tres turistas resultaron heridos, dos alemanes y una holandesa, ante lo cual el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania emitió una alerta de viaje.
En su transmisión en Facebook, el gobernador indicó que justo el jueves ya tenían a 8 detenidos más por el ataque en Tulum, y se habían hecho varias incautaciones de droga, así como de armas cortas y largas.
Días después de ese suceso, el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, dijo durante una conferencia de prensa junto al presidente Andrés Manuel López Obrador que desde hacía unos meses se había puesto en marcha un operativo para atender la creciente violencia en la costa caribeña, y que se planeaba el despliegue de hasta 450 efectivos de la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina en los primeros días de noviembre.
Aunque en las zonas turísticas la lucha entre grupos del crimen organizado tiene siempre más impacto mediático y también repercusiones económicas porque puede conllevar alertas de viaje de distintos países, la inseguridad está creciendo en muchos lugares del país.
El mismo jueves, en el Estado de México, limítrofe con la capital, dos detectives de la fiscalía estatal fueron asesinados y otros seis quedaron heridos durante un operativo contra el cártel de la Familia Michoacana, indicó la fiscalía en un comunicado. Otra persona más, un individuo al que llevaban detenido, también murió en el enfrentamiento.
Pero en la Riviera Maya, el paraíso visitado por miles de turistas cada año y que ahora comenzaba a recuperarse después de la crisis provocada por la pandemia de COVID-19, la situación parece haberse salido de control porque bandas vinculadas al cártel del Golfo y al cártel Jalisco Nueva Generación, entre otros grupos, se disputan el control de la venta de droga al por menor no ya en zonas marginales de la periferia de Cancún, como era habitual, sino en plena playa y entre los hoteles más exclusivos.
En junio, dos hombres fueron asesinados a tiros en la playa en Tulum y una tercera persona resultó herida.
En la cercana ciudad de Playa del Carmen, la policía efectuó una redada masiva en octubre, donde detuvo a 26 personas al parecer la mayoría por venta de drogas, después de que una mujer policía de la localidad fuera asesinada a tiros y su cadáver metido en el maletero de un vehículo.
La delincuencia “ha ido un poco a la alza en cuestión de extorsión, en venta de narcóticos a los extranjeros o a los propios nacionales”, señaló la fiscalía en un comunicado en ese momento.
El gobierno de López Obrador tiene grandes expectativas para Tulum, donde ha anunciado planes de construir un aeropuerto internacional y una parada para el Tren Maya, que recorrerá la península de Yucatán.
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