Los policías regresaron ayer a las calles cordobesas tras alcanzar un acuerdo con el Gobierno.
Córdoba, la segunda ciudad más importante de Argentina, empezó ayer a recuperar la normalidad tras una oleada de robos y saqueos en la madrugada que causaron la muerte de dos personas y cerca de 200 heridos en coincidencia con una huelga de policías que exigían una subida salarial.
Los policías regresaron en el mediodía de ayer a las calles cordobesas después de alcanzar un acuerdo con el Gobierno provincial, que contempla un aumento del sueldo básico y de los extras.
Durante la huelga policial, que se prolongó durante un día y medio, decenas de personas saquearon supermercados y comercios y causaron grandes destrozos en numerosos barrios de la ciudad, situada 800 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
Los principales disturbios ocurrieron durante la madrugada de hoy, cuando grupos de asaltantes se enfrentaron a comerciantes y brigadas de vecinos que intentaban proteger sus pertenencias.
Unas 200 personas fueron atendidas en el Hospital de Urgencias cordobés, cinco de ellas por heridas de bala, desde el inicio de los saqueos, informó a medios locales el jefe de guardia del hospital, Raúl Llaryora, aunque fuentes oficiales redujeron la cifra a 110 heridos.
Fuentes médicas confirmaron el deceso de dos personas en el marco de los violentos sucesos.
Uno de ellos es un joven de 20 años, que murió por una herida de bala en el tórax, según confirmó el director del hospital San Roque, Daniel Mercado, a medios locales.
Por su parte, el subdirector del Hospital de Urgencias, Rodolfo del Boca, también confirmó que "un hombre de 85 años murió producto de una descompensación que tuvo cuando asaltantes irrumpieron en su vivienda durante esta madrugada".
El gobernador de la provincia central de Córdoba, José Manuel de la Sota, aseguró hoy en rueda de prensa que los robos fueron obra de "bandas de delincuentes organizados".
Al menos 52 personas han sido detenidas hasta el momento por su presunta participación en los incidentes, aunque se espera que el número aumente en las próximas horas.
Algunos de los saqueadores se fotografiaron junto a sus botines y colgaron las imágenes en las redes sociales junto a breves textos en los que se enorgullecían de los robos.
Tras interrumpir su viaje a Panamá, el gobernador se comprometió a buscar a los responsables y "que ninguno quede impune del daño que ha hecho en la ciudad".
Escuelas, juzgados, bancos, edificios públicos y comercios permanecieron hoy cerrados en Córdoba, donde también quedó interrumpida la recolección de residuos.
Los disturbios provocaron también un duro cruce de acusaciones entre De la Sota, alineado con el peronismo disidente, y el Gobierno argentino.
El gobernador cordobés denunció que le parecía "incomprensible" que el Ejecutivo encabezado por Cristina Fernández no hubiera atendido el pedido de sus funcionarios para enviar refuerzos.
"En este teléfono no hay ningún llamado del gobernador José Manuel de la Sota", replicó ante los medios el jefe de Gabinete argentino, Jorge Capitanich.
Capitanich aseguró a primera hora de la mañana que la seguridad "compete al gobierno de la provincia de Córdoba", pero poco después, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, anunció el envío de 2.000 gendarmes a la capital cordobesa.
Berni tildó de "payasada" el pedido de auxilio lanzado por De la Sota a través de su cuenta de Twitter y aseguró que existen cauces institucionales a través de los que solicitar refuerzos.
Pese al cruce de acusaciones, el gobernador cordobés confirmó que el próximo martes viajará a Buenos Aires para reunirse en la Casa de Gobierno con el nuevo jefe de Gabinete argentino e iniciar así una ronda de diálogo.
En diciembre de 2012, dos personas murieron y decenas resultaron heridas durante una oleada de saqueos que comenzó en la sureña localidad de Bariloche y se extendió a otras cinco ciudades de Argentina.
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