"Dios llora", dice Francisco a víctimas de pedofilia antes de misa final en EEUU
Una multitudinaria misa en Filadelfia cierra la gira de 6 días que emprendió el papa.
El papa Francisco se reunió el domingo 27 de septiembre en Filadelfia con víctimas de actos pedófilos cometidos por sacerdotes y dijo que "Dios llora" por estos hechos, antes de una multitudinaria misa que cierra su gira por Estados Unidos.
Decenas de miles de personas esperaban en el centro de la ciudad del este de país para la clausura del VIII Encuentro Mundial de las Familias católicas que será encabezada por el sumo pontífice argentino.
"Dios llora. Los crímenes contra menores no pueden ser mantenidos en secreto por más tiempo", dijo Francisco en una reunión con obispos estadounidenses en la que informó de un encuentro por la mañana con víctimas de pedofilia de la Iglesia.
"Me comprometo a la celosa vigilancia de la Iglesia para proteger a los menores y prometo que todos los responsables rendirán cuenta", agregó el primer papa del continente americano.
Francisco recibió durante una media hora en el seminario San Carlos Borromeo a tres mujeres y dos hombres "víctimas de abusos sexuales perpetrados por miembros del clero, educadores y miembros de sus familias", según el Vaticano.
Filadelfia, ciudad de la costa este a medio camino entre Washington y Nueva York, fue una de las más afectadas en Estados Unidos por este escándalo en los años 1980.
El papa de 78 años había hablado de lo ocurrido durante este viaje, pero siempre de manera discreta. Su antecesor Benedicto XVI se había reunido con víctimas en Boston en 2008.
Desde el ala más dura de los afectados, la red de sobrevivientes de aquellos abusados por sacerdotes (Snap, por sus siglas en inglés), la reunión fue "una simple operación de relaciones públicas", según un comunicado.
Visita a prisión
Una verdadera marea humana copaba las calles de Filadelfia para la misa de cierre de la gira de eses días. Se esperaban 1,5 millones de personas venidas de todas partes del mundo.
"Queremos vivir la atmósfera con la multitud, con toda esta gente que está aquí por la misma razón", dijo Rwan Oneill, un estadounidense de 27 años y que llegó con una amiga.
Antes de la misa el papa cumplió con una actividad que a menudo forma parte de sus viajes pastorales, dirigiéndose a la prisión de Curran-Fromhold en las afueras de esta ciudad del este del país.
"He venido como pastor pero sobre todo como hermano a compartir su situación y hacerla también mía", dijo en un discurso antes de estrechar la mano uno por uno a los presos sentados en filas en un amplio hall.
En su mensaje en español, criticó que "es penoso constatar sistemas penitenciarios que no buscan curar las llagas, sanar las heridas, generar nuevas oportunidades", en un país que aplica la pena de muerte.
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