02 ene 2014 , 07:15

Cura condenado por ocultar abusos a menores sale de prisión

   

El clérigo católico William Lynn fue condenado en 2012 por ocultar abuso sexual de párroco

El clérigo católico William Lynn, quien fue secretario de la archidiócesis de Filadelfia (EE.UU.) y condenado en 2012 por no impedir y ocultar abusos sexuales de párrocos a su cargo, salió hoy de prisión tras haber ganado una apelación en su caso, informaron medios locales.

 

Lynn, el primer responsable católico de EE.UU. en ser condenado por no denunciar debidamente los abusos de sacerdotes a niños, dejó este jueves la prisión de Waymart, en Pensilvania, señaló el diario "The Philadelphia Inquirer" en su edición digital.

 

El responsable católico, de 62 años, fue condenado en julio de 2012 a entre 3 y 6 años de prisión por el delito de no impedir y ocultar los abusos a los menores, pero una corte superior de apelaciones anuló dicha sentencia la semana pasada.

 

La corte argumentó que se le había sentenciado bajo una ley estatal de protección a menores de 1972 que sólo se aplicaba a las personas que supervisan de forma directa a los niños, por lo que no podía condenársele en virtud de haber sido jefe de quienes cometieron abusos.

 

El tribunal estableció una fianza de 250.000 dólares para la liberación de Lynn, pero le permitió salir de la cárcel tras un primer pago de 25.000 dólares.

 

El religioso queda ahora sometido a libertad supervisada mediante un dispositivo electrónico mientras la fiscalía apela el caso, como se ha comprometido a hacer.

 

Entre 1992 y 2004, Lynn fue encargado de supervisar y gestionar las quejas de abusos sexuales, que ocultó como en el caso de Edward Avery, un párroco que fue condenado a entre dos años y medio y cinco años de prisión por abusar de un monaguillo.

 

En su juicio en 2012, Lynn aseguró que no intentó "ningún mal" e hizo su trabajo "lo mejor" que pudo, "pero no fue suficiente para detener el daño" en el caso de Avery.

 

El religioso recibió quejas en 1992 de abusos pasados realizados por Avery, a lo que Lynn respondió con una cura por alcoholismo para el denunciado y lo restituyó poco después como párroco donde en 1999 abusó de un niño de 10 años.

 

Según la acusación, la archidiócesis mantenía en secreto documentos desde 1948 que ocultaban los abusos y negaban una investigación profunda en casos que en ocasiones se habían prolongado durante años. 

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