Decisión no ayudó a impulsar el precio del barril de crudo que caía a mitad de sesión.
Arabia Saudí y Rusia, los dos mayores productores de petróleo, acordaron el martes con Venezuela y Catar congelar la producción, pero el anuncio no tuvo mayor impacto en los mercados, que esperaban recortes sustanciales para revertir el derrumbe de los precios.
La iniciativa, adoptada en una reunión ministerial en Doha, prevé mantener los niveles de producción en los niveles de enero y está supeditada además a que los otros grandes productores de crudo se sumen a ella.
"Con el fin de estabilizar los mercados petroleros, los cuatro países acordaron congelar la producción a su nivel de enero, siempre y cuando los otros grandes productores hagan lo mismo", declaró a la prensa el ministro catarí de Petróleo, Mohamed Saleh al Sada, tras la reunión ministerial en Doha.
La iniciativa se propone "estabilizar el mercado, en el interés no solo de los productores y exportadores de crudo, sino también de la economía mundial", agregó.
Los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y los que no son miembros del cartel -como es el caso de Rusia- mantendrán contactos "intensivos" para implementar el acuerdo, precisó Saleh.
Irán, un miembro de la OPEP que acaba de regresar al mercado gracias al levantamiento de las sanciones internacionales, afirmó que no tenía en sus planes reducir la producción, pero que estaba "dispuesto a discutir" el asunto.
La primera oportunidad de hacerlo será el miércoles, cuando el ministro iraní, Bijan Zanganeh, reciba en Teherán a sus pares de Venezuela, Eulogio del Pino, y de Irak, Adel Abdol Mahdi.
Azerbaiyán indicó en cambio que no sumará a la iniciativa. "No prevemos congelar la producción", indicó en un comunicado el gobierno de este país, cuyas exportaciones de hidrocarburos representan las tres cuartas partes de los ingresos del Estado.
El ministro saudí, Alí al Nuaimi, afirmó que el acuerdo constituía "el inicio de un proceso que evaluaremos en los próximos meses, para decidir si hace falta otras medidas para estabilizar el mercado".
"No queremos variaciones de precios importantes. No queremos recortar la oferta, Queremos responder a la demanda y estabilizar los precios", subrayó.
Poco impacto
El anuncio provocó un breve aumento en las cotizaciones del crudo, que acabaron la jornada con un nuevo retroceso, y no hizo mayor mella en las bolsas, que desde hace meses viven vapuleadas por incertidumbres en parte relacionadas con el derrumbe del precio del crudo.
Hacia la mitad de la sesión del mercado, el Brent de mar del Norte perdía 1,07 dólares, a 32,32 el barril, en tanto que el WTI, referencia en América del Norte, retrocedía 0,59 centavos, a 28,85 dólares. Con estos valores, el crudo ecuatoriano alcanzaba un valor superior a los 18 dólares por barril.
"No es conveniente exagerar el impacto de esta decisión", dijo Christopher Dembik, analista de Saxo Banque, haciendo notar que otros grandes actores del sector, como Estados Unidos, hasta ahora no han dado su parecer.
"Se trata de un congelamiento de la producción y no de un recorte", por lo cual será "insuficiente para absorber el exceso persistente de la oferta", declaró Dembol a la AFP.
"Es probable que haya un repunte de las cotizaciones a corto plazo, pero a medio plazo los precios deberían seguir siendo muy bajos", agregó.
El precio del barril cayó más de 70% respecto a junio de 2014, llegando a cotizarse este año por debajo de los 30 dólares.
El derrumbe se debe en buena parte a la estrategia de la OPEP, y en particular de Arabia Saudí, de inundar el mercado para noquear a los productores de petróleo y gas de esquisto en Estados Unidos.
También se explica por la desaceleración de La economía China.
El ministro catarí aseguró que la reunión del martes fue "un éxito" y destacó que el hundimiento de los precios perjudicaba el abastecimiento a largo plazo, al afectar las inversiones.
Para Francis Perrin, presidente de la publicación especializada Stratégies et politiques énergétiques, el anuncio del martes fue "simbólico", pero podría augurar otras iniciativas de mayor envergadura.
"Se podría esperar una nueva dinámica y que otros países de la OPEP, sean o no de la OPEP, digan: 'Nosotros también queremos aportar nuestra contribución", dijo el analista.
Algunos de esos países, como Argelia, Nigeria o Angola, enfrentan graves problemas precupuestarios por la depresión de los precios del barril.
El cónclave se llevó a cabo en un marco de fuertes tensiones por la guerra en Siria, donde Rusia e Irán apoyan al régimen de Bashar al Asad, en tanto que los saudíes respaldan a grupos insurgentes.
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