Cómo son los viajes de migrantes hacinados en camiones como el que volcó en México
“Éramos tantos que no podíamos ir ni sentados”.
La tragedia que esta semana se cobró la vida de más de 50 migrantes cuando volcó el camión en el que viajaban hacinados en el sur de México volvió a dejar al descubierto las condiciones cada vez más infrahumanas que soportan en sus intentos por llegar a Estados Unidos.
Aún conmocionado y con lesiones en el cuello por el golpe, Emerson Morales le relató a BBC Mundo cómo fue el viaje justo antes del accidente este jueves en Chiapas, del que logró sobrevivir junto a un centenar de personas.
"En el camión íbamos en filas. Yo estaba en la número 6, en el fondo. Éramos tantos que no podíamos ir ni sentados", recuerda sobre el hacinamiento en el que viajaban más de 160 personas, la mayoría guatemaltecas.
El calor y humedad de esta región de México se multiplicaban entre la multitud en el interior del tráiler.
El gobierno reveló que los traficantes de migrantes le habían hecho ranuras en la parte alta del camión para que pudieran respirar.
Final de Quizás también te interese
"Pero esto pudo haber afectado su seguridad. Pudieron haber salido proyectados al ocurrir el siniestro", declaró Ricardo Mejía Berdeja, subsecretario de Seguridad Pública.
Fue tras solo hora y media de viaje en el camión que el conductor perdió el control por exceso de velocidad antes de llegar a la capital chiapaneca, Tuxtla Gutiérrez. Volcó y se chocó contra lo que algunos vecinos llaman "el puente de la muerte" por la cantidad de accidentes que se registran en esta pronunciada curva.
"Creo que éramos muchos. Éramos tantos que había que ir de pie, agarrados a donde podíamos, y creo que eso también causó el accidente. Como no se podían sentar, algunos se movieron, supongo que eso balanceó todo y volcó", piensa Emerson.
Hacinados y sin poder sentarse
Alejandro Martínez, primer oficial de los bomberos de Tuxtla Gutiérrez, recuerda cómo durante el rescate tuvieron que retirar el amasijo de hierros que sobresalían de la caja del camión para tratar de salvar "a las personas que se seguían moviendo, atrapadas entre los muertos".
"El remolque llevaba una caja completamente sellada, de lámina. Solo tenía esa mínima filtración de aire para que pudieran respirar con el mismo viento generado por la velocidad del camión", le cuenta a BBC Mundo.
Cree que el peso que llevaba el vehículo también contribuyó a que se perdiera el control. Y que, antes del momento del impacto, ya las personas a bordo se venían aplastando y sufrieron lesiones. Fue en el choque contra el puente que muchos fallecieron al instante.
Reconoce que las secuelas psicológicas para los rescatistas están a la orden del día tras tener que asistir en sucesos tan dantescos como el de Chiapas. También para Eduardo Escobar, paramédico de Cruz Roja quien fue el primero de los servicios de emergencia en llegar al lugar.
"Nunca había visto un incidente con tantos muertos. Me asombró ver tantas personas que gritaban y que pedían nuestro apoyo, mucha gente encima de otra en el tráiler… Es algo que no puedo decir con palabras", cuenta.
A los heridos los clasifican por colores en función de su gravedad: verde, amarillo y rojo. El negro está reservado para los fallecidos.
"Lamentablemente, no pudimos hacer más por los fallecidos. Pero estamos satisfechos porque logramos salvar a mucha gente", asegura a BBC Mundo.
"Negocio multimillonario"
El uso de camiones para transportar grandes grupos de migrantes escondidos no es para nada nuevo.
Según comunicó este sábado el Instituto Nacional de Migración (INM) mexicano, en lo que va de año se identificaron a más de 35.000 migrantes en 446 "rescates masivos", tal y como la entidad se suele referir a cuando intercepta a quienes viajan en grandes grupos por suelo mexicano.
"Se ha identificado que los traslados de manera habitual se llevan a cabo en vehículos no aptos para el transporte de pasajeros, por lo que al estar en condiciones de hacinamiento, carecer de alimentación, agua y ventilación, la integridad física de las personas se pone en riesgo", se lee en el comunicado del INM.
Pero los grupos que son detenidos son mínimos en comparación de cuantos consiguen llegar a la frontera en lo que supone "un negocio millonario" no solo para los traficantes de migrantes sino también para autoridades implicadas, como denuncia la periodista Ángeles Mariscal, fundadora del portal Chiapas Paralelo.
"El pasar por los retenes en las carreteras se consigue gracias a autoridades corruptas. Cuando optan por el trayecto en la selva, quien recoge esa cuota es el Ejército. Es un negocio multimillonario de mucha corrupción entre todas las corporaciones, y eso hace que siga pasando", asegura en entrevista con BBC Mundo.
Paso por retenes
Luis Rodríguez Burcio, comandante de la Guardia Nacional, negó tras la tragedia que el tráiler hubiera cruzado alguno de los puestos de migración en carretera.
Sin embargo, pocos kilómetros antes del lugar donde ocurrió el accidente, existe un retén de policía por el que tuvo que pasar el vehículo.
"Ese reten está ahí día y noche, de manera permanente. Usted me dirá cómo hicieron para pasar", le dijo a BBC Mundo un taxista de Tuxtla Gutiérrez que pidió permanecer en el anonimato.
Muy cerca de ese retén, varios conductores de camiones descansaban este sábado de su trabajo frente a un pequeño restaurante en la carretera. Algunos vecinos aseguran que a veces se ve a algunos migrantes bajar de camiones estacionados en este punto.
Orlando es un joven que transporta cemento hasta Veracruz desde Comitán, el municipio fronterizo con Guatemala desde el que salió el camión accidentado el jueves en la mañana.
Sin embargo, asegura que jamás ha recibido una propuesta para llevar migrantes ni conoce a nadie que lo haya hecho. Ni mucho menos cuánto pueden ganar.
"Estamos acostumbrados a los retenes. Suelen revisar el interior, desarman hasta partes por dentro… te preguntan si traes droga, todo eso", le cuenta a BBC Mundo.
"¡Esos retenes son para extorsionarte!", interrumpe otro camionero que escucha la conversación.
Control de carteles
A estos pagos se suman las cuotas habituales que los migrantes pagan a los coyotes o polleros que les van guiando en las distintas etapas del viaje.
En esta región del sur de México hay una ruta de migrantes muy conocida que circula por la costa tras cruzar el río Suchiate, en la frontera con Guatemala. Quienes pasan por Tuxtla Gutiérrez, sin embargo, acceden a México por La Mesilla, una zona montañosa muy concurrida por el tráfico ilegal.
Desde allí, el grupo de migrantes del camión accidentado se trasladó hasta Comitán. Según Ángeles Mariscal, con amplio conocimiento de los flujos migratorios en Chiapas, este trayecto por el que pasaron se ha convertido en una de las zonas más calientes del estado.
"Era zona controlada por el cartel de Sinaloa y ahora le está disputando el Jalisco Nueva Generación. Por esta disputa que se detonó este año hay toques de queda y 'narcobloqueos' en esta zona", afirma.
En la mañana del jueves, el tráiler comenzó su viaje desde Comitán. Su objetivo era llegar a Puebla y después seguir rumbo a la frontera con EE.UU. Al pasar cada región, en cada etapa, tienen que ir pagando a los distintos grupos delincuenciales que las controlan a través del traficante de personas.
"Ha habido asesinatos de migrantes porque el pollero que los traía no quiso pagar a los carteles de una zona", recuerda Mariscal para describir la máxima vulnerabilidad de estas personas.
Más dinero y más riesgo
Algunos, los menos, se atreven a viajar por cuenta propia sin el apoyo de los traficantes, principalmente hondureños y salvadoreños que suelen conocer mejor la zona.
"Pero en este caso, la mayoría eran de zonas rurales de Guatemala que no conocen esta geografía y son más vulnerables al venir de zonas pobres o porque a veces no hablan bien español", opina Mariscal.
Todos estos pagos durante la ruta hacen que los migrantes tengan que comprometerse a desembolsar cifras astronómicas que a veces ni siquiera tienen. Según Emerson Morales, uno de los sobrevivientes del accidente, el coste total por cruzar la frontera oscila entre US$10.300 y US$13.000.
Su motivo para no dudar en hipotecarse económicamente de por vida y arriesgarse a hacer un viaje tan peligroso es el de casi todos sus compatriotas: huir de la pobreza que acecha a sus comunidades en Centroamérica y tratar de encontrar trabajo en EE.UU. para mandar dinero a sus familias y darles una vida más digna.
Grupos humanitarios criticaron que la militarización fomentada por México para tratar de frenarles el paso por su territorio está llevando a los migrantes a buscar rutas aún más peligrosas que incrementan su vulnerabilidad y por las que tienen que pagar aún más dinero.
El gobierno mexicano no respondió ante esta posibilidad sino que se limitó a señalar la responsabilidad en el problema de los traficantes de personas. Por ello, anunció la creación de un grupo de acción junto a otros países latinoamericanos contra las redes que operan en el continente.
Recomendadas