Un estudio publicado en la revista Nature sequías e inundaciones más intensas para este año.
Los investigadores no estaban seguros de cuánto ni cómo afectaría el aumento de las temperaturas del calentamiento global al fenómeno climático de El Niño en el futuro. Hasta ahora.
La Oscilación del Sur El Niño (ENSO, según sus siglas en inglés) es un fenómeno presente en el Océano Pacífico, que consiste en un cambio en los patrones de movimiento de las corrientes marinas, el cual juega un papel fundamental para el sistema meteorológico de todo mundo.
Este ciclo global tiene dos extremos. El hermano cálido, conocido como El Niño, conlleva un calentamiento del Pacífico oriental y tropical, mientras su hermana más fresca, La Niña, le pone paños fríos a las mismas regiones.
Un nuevo estudio, publicado en la revista Nature, sugiere que tanto las sequías como las inundaciones impulsadas por ENSO serán más intensas.
A partir de las proyecciones arrojadas por experimentos basados en un Modelo General de Circulación Atmosférica, los científicos dicen haber encontrado pruebas "robustas" sobre cómo el calentamiento global afectará a ENSO.
"Mostramos que hay, de hecho, cambios robustos proyectados en patrones espaciales de la conducta de ENSO año a año", explica el estudio.
Según su autor principal, Scott Power, de la Oficina de Meteorología de Australia, el calentamiento global interfiere con la forma en que los patrones de temperatura de ENSO afectan las precipitaciones.
"Hacia mediados y fines del siglo XXI, las proyecciones incluyen la intensificación tanto de las sequías en el Océano Pacífico occidental, como del aumento de precipitaciones en el Pacífico ecuatorial central y oriental", continúa el estudio.
Un niño complicado
El fenómeno de ENSO juega un rol complicado, pero fundamental en el sistema climático global.
Tal cual ocurriría con el agua de una bañera, las aguas más calientes o más frías chapotean en forma de corrientes, ida y vuelta, a través del Océano Pacífico.
El Niño superpone las aguas cálidas procedentes de la zona del hemisferio norte inmediatamente al norte del Ecuador sobre la corriente de Humboldt, compuesta de aguas de emersión muy frías.
Estos movimientos son los responsables de los patrones de lluvia en Australia y la región ecuatorial, pero sus efectos también se hacen sentir mucho más lejos.
"ENSO impulsa una variabilidad sustancial en las precipitaciones, producción agropecuaria, ecosistemas y enfermedades en muchas partes del mundo", explica el estudio.
Durante el invierno del hemisferio norte, por ejemplo, se pueden observar lluvias más intensas en el sur de EE.UU. en una fase más cálida de ENSO.
Durante años, los científicos han estado preocupados por cómo este sensible sistema meteorológico puede ser cambiado por el aumento de temperaturas provocado por calentamiento global.
Sin embargo, hasta ahora, no había evidencia sustancial como para llegar a un consenso.
Según Wenju Cai, investigador de la Organización Científica e Industrial de la Mancomunidad (CSIRO, según sus siglas en inglés), quien no participó en el estudio, el trabajo es "significativo".
"Hasta ahora había habido una falta de acuerdo entre los modelos informáticos de cómo ENSO va a cambiar en el futuro", explica.
"Este trabajo es importante ya que hay un acuerdo más fuerte entre los diferentes modelos climáticos para predecir el impacto futuro".
"Este estudio revela que ambas anomalías, húmedas y secas, serán mayores en los futuros años de ENSO. Esto significa que las sequías y las inundaciones inducidas por ENSO serán más intensas en el futuro".
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