"Suramérica demostró su capacidad de encontrar soluciones propias", dijo Luiz Alberto Figueiredo.
La participación de la Unasur en el diálogo con el que el Gobierno y la oposición intentan resolver la actual crisis en Venezuela demuestra la capacidad del organismo regional como mediador en los problemas de la región, aseguró hoy el canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo.
La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) "dio muestras de gran vigor como espacio para la concertación política" en la región, afirmó Figueiredo en una rueda de prensa que ofreció hoy en Brasilia, tras haber asistido el martes al diálogo que tuvieron a puerta cerrada el Gobierno y la oposición venezolana.
"Suramérica demostró su capacidad de encontrar soluciones propias en un ambiente de paz, armonía y coordinación regional", agregó el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil.
Figueiredo destacó que las dos partes acordaron "la mediación de un tercero de buena fe" integrado de forma conjunta por la Unasur y el Vaticano.
El diálogo fue acordado en medio de una grave situación en Venezuela, que desde hace más de dos meses vive protestas contra el Gobierno de Nicolás Maduro y que en ocasiones han degenerado en incidentes violentos, con un saldo hasta ahora de 41 muertos y cientos de heridos.
"La invitación a la Unasur por las dos partes demuestra la confianza y el deseo de que la región participe (en la búsqueda de una solución)", aseguró el canciller.
El jefe de la diplomacia brasileña agregó que las dos partes del diálogo en Venezuela están conscientes "de que nuestra intención (de la Unasur) es tan sólo la de apoyar un esfuerzo de los venezolanos entre sí que, de hecho, son los que darán las respuestas a sus problemas".
El ministro explicó que, tras las reuniones que los cancilleres de los países de la Unasur tuvieron hace dos semanas con diferentes interlocutores en Venezuela, ambas partes pidieron que los representantes de Brasil, Colombia y Ecuador se juntaran a los del Vaticano como mediadores del diálogo en calidad de "tercera parte de buena fe".
"Se produjo entonces una alteración al mandato inicial, que era tan sólo el de acompañante a petición del Gobierno de Venezuela", apuntó.
De acuerdo con Figueiredo, "ahora se trata de una petición tanto del Gobierno como de la Mesa de Unidad Democrática (MUD, que agrupa a varios partidos de la oposición) para participar de todas las conversaciones; apoyar el diálogo y tener un papel de 'garante' de ese diálogo", dijo.
"Estoy muy satisfecho con la experiencia. Es gratificante hacer parte de ese esfuerzo. Aún hay un gran espacio para avanzar", agregó.
Igualmente, afirmó que los cancilleres de los países de la Unasur acudirán a todas las reuniones a nivel político para discutir asuntos políticos y que tengan participación de alto nivel de ambas partes.
"Pero no hay duda de que hay ciertas cosas que serán discutidas a nivel técnico. Habrá mesas de trabajo en nivel técnico, especialmente para abordar lo relacionado a asuntos como la economía. A esas reuniones no acudirán los cancilleres de Unasur, que serán representados por los embajadores en Caracas", afirmó.
Figueiredo aseguró que el Gobierno y la oposición dieron varios pasos importantes en la reunión de casi cuatro horas del martes y mostraron la gran vitalidad que puede tener el proceso.
"La llave de ese diálogo ha sido el espíritu de respeto mutuo y consideración por la opinión del otro", aseveró.
Entre los avances alcanzados en la reunión, el ministro citó el consenso de ambas partes de rechazar la violencia, "venga de donde venga", y de respetar el marco constitucional de Venezuela.
Asimismo, citó el compromiso para la creación de una Comisión de la Verdad que examine todo lo ocurrido durante los disturbios de los últimos meses y la decisión de gobernadores y alcaldes de partidos de la oposición de sumarse a un proyecto del Gobierno para combatir la criminalidad y la violencia.
Figueiredo destacó así la decisión de la MUD de participar en el diálogo ya existente entre el Gobierno y las fuerzas económicas, así como la posibilidad de que la oposición sugiera medidas para hacer frente a la crisis económica.
Para el canciller fue también importante la disposición del Gobierno de discutir casos puntuales de los llamados "presos políticos" por la oposición, que pide una ley de amnistía.
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