Paso crucial para poner fin a la crisis política tras los polémicos comicios de octubre.
Bolivia elegirá presidente el próximo 3 de mayo, un paso crucial para poner fin a la crisis política desencadenada tras los polémicos comicios de octubre que derivaron en la caída de Evo Morales y posterior asunción de la conservadora Jeanine Áñez como mandataria interina.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) dio a conocer este viernes la fecha de las elecciones generales en la que además de la fórmula presidencial se renovará la totalidad de escaños del Congreso (130 diputados y 36 senadores).
"El domingo 3 de mayo, los ciudadanos vamos a acudir a votar para elegir a la presidencia y a la Asamblea Legislativa", anunció en conferencia de prensa el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero.
Antes, el vicepresidente del TSE, Oscar Hassenteufel, había señalado que el lunes próximo se daría a conocer todo el calendario electoral.
El TSE, cuya composición cambió luego de las últimas elecciones, precisó además que un eventual balotaje se realizará en un plazo de hasta 45 días después de la primera vuelta.
"Espero que logremos concluir con eso que todos los bolivianos deseamos: unas elecciones transparentes y justas", dijo este viernes Áñez.
- Precandidatos en liza -
Bolivia irá a las urnas después de que las elecciones del 20 de octubre fueran anuladas tras la difusión del resultado de una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA), que halló irregularidades a favor de Morales, declarado ganador.
Después de una ola de violencia, la renuncia de Morales y la asunción de Áñez, han surgido varios precandidatos.
Una encuesta de fines de diciembre del diario Página Siete muestra que el joven dirigente cocalero Andrónico Rodríguez, considerado heredero político de Morales, marcha primero con el 23% de la intención de voto. Le sigue el expresidente centrista Carlos Mesa, que terminó segundo en octubre, que marcha con el 21%.
Sin embargo, la candidatura del Movimiento Al Socialismo (MAS) aún no ha sido definida. Otro aspirante es el excanciller David Choquehuanca.
Morales anticipó que el domingo 19 de este mes anunciará en Buenos Aires a la fórmula presidencial del partido.
Entre los opositores, los líderes civiles regionales, Luis Fernando Camacho y Marco Antonio Pumari, claves en la caída de Morales, van más atrás con el 13% y 10% respectivamente. Pero esta semana cerraron una alianza para juntar fuerzas en las elecciones, lo que podría cambiar su posición en las encuestas.
Otros candidatos estarán en la pelea, como el pastor evangélico coreano nacionalizado boliviano, Chi Hyung Chung, que cuenta con un apoyo del 8%. Más lejos están el empresario Samuel Doria Medina y el expresidente de derecha Jorge Quiroga.
Uno de los problemas que aún deben resolverse es la ampliación de mandato de la presidenta y de los parlamentarios, hasta el cambio de gobierno, luego de las elecciones.
Áñez concluiría su gestión, con la posesión de su sucesor, mientras que el mandato de cinco años de los parlamentarios acaba este 22 de enero. La idea es que los legisladores continúen en funciones hasta la conformación de un nuevo Parlamento.
- Vuelta a las urnas -
En las elecciones de octubre, Morales, de 60 años, se encontraba en el poder desde 2006 y buscaba su tercera reelección.
Los entonces miembros del TSE, todas en prisión por fraude electoral, le dieron la victoria en primera vuelta, por delante del opositor Mesa, y su acceso directo a un cuarto mandato consecutivo de cinco años, hasta 2025.
El triunfo declarado por el TSE, y la interrupción en el sistema informático durante el escrutinio, desataron una violenta revuelta social con manifestantes que exigían la renuncia de Morales.
El 10 de noviembre, el entonces mandatario dimitió y dos días después se fue asilado a México. El 12 de diciembre se trasladó a Argentina, donde se encuentra en calidad de refugiado.
La opositora Áñez, vicepresidenta del Senado, se proclamó presidenta interina con el fin de convocar elecciones, ante la ausencia de los que la precedían en la línea de sucesión presidencial.
Esto desató protestas entre los seguidores del líder indígena, pese a que un fallo del Tribunal Constitucional señaló que la sucesión constitucional fue legal.
Las conflictos durante más de un mes de crisis social se saldaron con 35 muertos, según informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
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