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Birmania guarda un minuto de silencio por las más de 2 700 víctimas del devastador terremoto
Más de 2 700 muertos, miles de heridos y una nación devastada por un sismo de magnitud 7,7.
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Los oficiales de rescate observan un minuto de silencio cerca del edificio de condominios Sky Villa, uno de los sitios más afectados por el terremoto del 28 de marzo, en Mandalay el 1 de abril de 2025.( )
Este martes, Birmania (Myanmar) guardó un minuto de silencio en memoria de las más de 2 700 personas que perdieron la vida en el terremoto de magnitud 7,7 ocurrido el pasado viernes. El sismo, que incluso hizo temblar Bangkok, a mil kilómetros de distancia, causó devastación en una nación ya desgarrada por años de guerra civil.
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El impacto del terremoto: Muertos, heridos y desaparecidos
A cuatro días del desastre, Birmania sigue lidiando con los efectos de este fuerte terremoto, que dejó más de 4 500 heridos y 441 desaparecidos. La cifra de muertos podría aumentar significativamente a medida que los equipos de rescate lleguen a áreas aún incomunicadas.
Según el jefe de la junta militar, Min Aung Hlaing, el terremoto afectó principalmente la región central del país, cerca de Mandalay, la segunda ciudad más grande, que quedó gravemente destruida.
En la ciudad de Mandalay, los equipos de rescate se detuvieron frente al complejo Sky Villa, uno de los edificios más afectados, y guardaron un respetuoso silencio en homenaje a las víctimas. A las 12H51 (hora local), exacta al momento del terremoto, las sirenas sonaron en todo el país, marcando el inicio de una semana de luto nacional que finalizará el 6 de abril.
Condiciones de vida en la devastada Mandalay
En Mandalay y otras ciudades afectadas, miles de personas han tenido que dormir al aire libre debido a que sus viviendas fueron destruidas o están en peligro de colapsar. La gente ha optado por pasar la noche en tiendas de campaña o simplemente al abrigo de mantas en las calles.
"No me siento seguro. Hay edificios cerca de mi casa que pueden caer en cualquier momento", comentó un residente de la ciudad.
El dolor es palpable, y los equipos de rescate siguen trabajando a contrarreloj para recuperar a las personas atrapadas bajo los escombros. En varias zonas de Mandalay, el fuerte olor a descomposición es cada vez más notorio, y los crematorios ya están recibiendo cientos de cuerpos.
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