La propuesta no incluye aquellas cirugías necesarias de carácter reparador, reconstrucciones y más.
Argentina tiene fama de ser uno de los países, junto a Brasil, donde se realizan históricamente más cirugías estéticas. La naturalidad con la que mujeres y hombres pasan por el quirófano para mejorar su aspecto o diseñar sus cuerpos o rostros, a imagen y semejanza de los patrones que imponen las modas, resulta asombrosa.
Esa fiebre por el bisturí se extiende de forma peligrosa en adolescentes con padres que no tiene reparos para "regalar" senos (pechos) más voluminosas a sus hijas, pagar al cirujano para que transforme una nariz correcta en una réplica de otra respingona o achinar los ojos siguiendo los caprichos de sus hijos, aunque estos se encuentren en pleno proceso de desarrollo.
La frivolidad con la que algunas familias han adoptado esta "costumbre" y su práctica, en aumento, parece tener los días contados en Argentina. La diputada oficialista Mara Brawer (Frente para la Victoria) presentará el jueves un proyecto de Ley en el Congreso donde propone, "prohibir la realización de cirugías estéticas a personas menores de 18 años" con el fin de "preservar la salud física y psíquica" para evitar que la juventud esté sometida a "patrones culturales sobre cómo debería ser el cuerpo ideal". La propuesta no incluye aquellas cirugías necesarias de carácter reparador, intervenciones reconstructivas o de "adecuación del cuerpo a la identidad de género".
La legisladora, en declaraciones al diario La Nación, explica, "lo que proponemos con este proyecto de ley es imponer un límite a aquellas exigencias del mercado que tienden a una homogeneización del físico, que indudablemente hace perder de vista la valoración del propio cuerpo y el de los demás".
Aunque no hay estadísticas oficiales, un cálculo aproximado indica que en los últimos años ha aumentado en torno al 10 por ciento la demanda de intervenciones de estética en adolescentes y la mayoría son mujeres. Browner considera alarmante el dato ya que toda operación implica riesgos.
Además, éstas cirugías producen marcas corporales, promueven y consolidan estereotipos y ponen en riesgo la salud física y emocional del adolescente». Por estas razones, explica en el proyecto de ley, «es preciso llevar adelante una política de Estado con el fin de garantizar la salud, el bienestar y la integridad física y emocional de los niños, niñas y adolescentes».
El proyecto tiene el respaldo de un grupo de cirujanos plásticos y , entre otros, del psicoanalista de adolescentes Juan Carlos Volnovich. "El ideal estético pueda contarse entre las causas que impulsan a tantas muchachas, muchas veces apoyadas por sus familias a prestarse a un acto quirúrgico que es más un acto de sacrificio donde entregan el cuerpo como ofrenda al dios de la belleza, guiadas por la vana ilusión de lograr así la aceptación y el éxito, reflexiona el especialista en La Nación.
La diputada Mara Brawer añade otro objetivo que pretende alcanzar y considera, "tan importante como el anterior" en el proyecto, "educar para la diferencia. La prohibición de las cirugías estéticas es un no a la homegeneización pero es un sí a la aceptación y valoración del propio cuerpo", insiste.
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